En las horas posteriores a la victoria de
Terence Crawford sobre Saúl “Canelo” Álvarez, que lo consagró como el primer campeón indiscutido de la historia en tres divisiones, una de sus viejas frases corrió como la pólvora.
No tenía nada que ver con su rival mexicano, con ser el N.º 1 libra por libra ni con la fanfarronería inherente al boxeo. Todo lo contrario.
“Nunca vendí mi alma para llegar a donde estoy ahora”, comenzaba. “Decían que no tenía personalidad y querían que actuara como un payaso, pero yo dije: ‘Voy a ser yo y, si no te gusta, ni modo’. Y mira dónde estoy ahora por hacerlo a mi manera”.
Crawford nunca ha sido de cortejar a los medios y, de hecho, los ha mirado con recelo. Como su cita insinúa, hubo promotores que le pidieron que se abriera más. Que jugara el juego. Nunca lo hizo,
pero al final ganó igual.
Es el tipo de mensaje que habría calado en el hombre que tomó su testigo como campeón wélter de la OMB,
Brian Norman Jr. El joven de 24 años ha escalado, sigiloso e invicto, hasta la mesa principal de las 147 libras, pero el volumen en torno a su figura se disparará si derrota a
Devin Haney en el ANB Arena, en Riad, el 22 de noviembre, en “The Ring IV: Night of the Champions”.
Inicialmente ganó el título interino OMB con un KO en el 10.º asalto sobre Giovani Santillán, que iba 32-0 antes de toparse con Norman. Meses después, fue elevado a campeón absoluto cuando Crawford subió a 154 libras, e hizo su primera defensa con otra gran victoria,
deteniendo a Derrieck Cuevas en tres asaltos el 29 de marzo. Pero fue su siguiente triunfo, apenas tres meses más tarde, el que más ruido hizo.
Norman viajó a Tokio, Japón, para enfrentar a Jin Sasaki, señalado como otra posible estrella de la actual edad dorada del boxeo nipón. Sin embargo, tras dos caídas de Sasaki en el primer asalto, el japonés quedó noqueado de forma brutal a menos de un minuto de iniciado el quinto. Fue un candidato a
Nocaut del Año que retumbó en redes sociales y, por fin, Norman recibió sus flores.
“Hasta esa noche, definitivamente no se me valoraba lo suficiente”, cuenta Norman a
The Ring. “Y eso es por mí.
“La razón es que no soy como los demás; no soy muy fanfarrón ni jactancioso. No soy arrogante, no hablo alto ni ando por ahí así. Ese no es mi estilo, soy demasiado respetuoso.
“Y otra cosa de mí es que no me importa mucho el marketing. No estoy tratando de publicar mil cosas al día. No busco hacer nada especial. Me gusta trabajar y relajarme con mi gente.
“Pero en realidad me encanta que sea así. Me gusta dejar que mi trabajo hable y, después de ese nocaut a Jin Sasaki, fue cuando todo empezó a crecer.
“No por una entrevista, ni por un video en el gimnasio, ni por con quién me junto, sino simplemente por mi trabajo. Eso me gusta; ese soy yo”.
Hubo un momento en que Eddie Hearn, que intentaba cuadrar una unificación mundial entre el joven oriundo de Georgia (EE. UU.) y su peleador
Jaron “Boots” Ennis, sugirió que el atractivo comercial de Brian Norman se vería mermado solo por llamarse Brian Norman. Hasta ahora, siendo uno de los campeones mundiales más jóvenes y a las puertas de un choque lucrativo con
Haney, no ha sido así.
“Aun así”, dice. “Voy a ser el mismo en esta próxima pelea con David [sic] Haney. Lo voy a noquear. ¿Y adivina qué? Todo se va a hacer aún más grande.
“Voy a ser exactamente la misma persona que soy ahora y diré: ‘Hola, ¿cómo estás? ¿Todo bien? Todo bien conmigo también’, y seguiré adelante.
“Aunque todo ha crecido desde que vencí a Sasaki, mi vida personal no ha cambiado en absoluto. ¿Qué se supone que haga? ¿Comprar locuras? ¿Rodearme de un montón de mujeres? ¿Ir a clubes o algo así? No, eso no es lo mío.
“Yo me ocupo de lo que tengo enfrente y ahora mismo eso es Devin Haney. De eso también me voy a encargar”.
Norman y su próximo rival han tenido carreras muy distintas en cuanto a exposición mediática, pero también hay paralelismos curiosos.
Primero, ambos se curtieron en carteleras de club en México siendo adolescentes estadounidenses, de ojos bien abiertos. El debut de Haney allí, en Tijuana el 11 de diciembre de 2015, duró 33 segundos. El de Norman, en el Gimnasio de Mexicali en 2018, apenas 27. Los dos sumaron más de diez peleas en México antes de volver definitivamente a EE. UU. para hacerse un nombre.
“Esas peleas en México”, dice Norman. “Pues, tal y como te las imaginas.
“La primera fue al aire libre y estaba a reventar. A esa gente le encanta el boxeo y, cuanto más salía yo ahí a ‘cazar cuerpos’, más me querían. Me la pasé de maravilla y eso me construyó mucho carácter, por eso no tengo problema en ir a territorio enemigo: me crié en eso”.
Además de esa base mexicana, Norman y Haney destacan por el papel central de sus padres en sus carreras. Los dos ya han ido intercambiando palabras, y es probable que hagan la mayor parte del ruido durante la semana de pelea previa al 22 de noviembre.
“Hay muchas similitudes entre nosotros dos”, dice Norman sobre Haney. “Así que sabemos por lo que Devin y Bill Haney están pasando.
“Mira también la dinámica entre mi padre y yo y entre Devin y su padre. ¿Quién es el más ruidoso en cada caso y cosas así?
“Lo vimos en la pelea con Regis Prograis, cómo Devin escuchó a su padre. Podía haber forzado, pero su papá le dijo: ‘No, no lo hagas, sigue boxeando’. Yo hago lo mismo con el mío. Haga lo que me diga que haga dentro del ring, salgo y lo hago.
“Así que nosotros, los boxeadores, hacemos nuestra parte. Ahora todo se reduce al plan de pelea de los entrenadores; esta se define en la esquina”.
Ambos invictos lucen un récord combinado de 60-0, pero pocos olvidan la noche en la que Haney cayó tres veces ante un
Ryan García con sobrepeso y ostarina en el organismo, en una velada tumultuosa para ‘The Dream’. Dado el dopaje positivo de García y su posterior suspensión, el resultado del 20 de abril de 2024 fue cambiado a no contest (sin decisión), pero Norman cree que las secuelas mentales pueden seguir ahí.
“Dejará huella”, afirma Norman. “Pero no sabemos de qué manera. Podría ir bien o mal.
“Mi punto es que yo también he visto gente darse la vuelta conmigo en el pasado. Pude haberme caído y desaparecido de la faz de la tierra y ustedes nunca habrían sabido de mí.
“Pero dije: olvídense de eso, les voy a mostrar algo rápido. Puede ir de cualquier forma, así que todo depende de Devin”.