NUEVA YORK — El estadio Louis Armstrong, en Queens, es uno de los dos recintos que albergan anualmente los torneos masculino y femenino del US Open de tenis. El estadio principal es el Arthur Ashe. Pero el más pequeño no se queda atrás en cuanto a momentos dramáticos.
Este sábado, ese drama lo puso el boxeo.
David Morrell se impuso con una discutida decisión dividida sobre
Imam Khataev. Subriel Matías trabajó duro para llevarse
una decisión mayoritaria ante
Alberto Puello y capturar el cinturón del CMB en las 140 libras. Y
Shakur Stevenson reafirmó su categoría con un veredicto ampliamente favorable sobre
William Zepeda, reteniendo así su título mundial del CMB en las 135 libras.
Pero la noche le perteneció a Hamzah Sheeraz, quien demolió a Edgar Berlanga con una detención en el quinto asalto.
Pongamos la velada en perspectiva.
El evento fue designado como Ring III, siguiendo los pasos del combate entre Chris Eubank Jr. y Conor Benn en Londres el 25 de abril (Ring I), y el triplete en Times Square protagonizado por Teófimo López, Devin Haney y Ryan García el 2 de mayo (Ring II).
Inicialmente se pensó que Ring III se celebraría en Central Park, en Nueva York. Sin embargo, los desacuerdos entre las autoridades municipales y los representantes de Riyadh Season durante la organización del evento del 2 de mayo, llevaron a ambas partes a preferir un recinto fuera del control directo de la ciudad. Así se eligió el estadio Louis Armstrong.
Dado el nombre del recinto, un guiño musical al trompetista nacido en Nueva Orleans que revolucionó la música popular y el jazz estadounidense habría sido apropiado. Pero no fue así: la noche estuvo dominada por estridentes ritmos de rap y sonidos contemporáneos a todo volumen por el sistema de altavoces.
A diferencia de sus predecesores, Ring III no fue promocionado como un evento icónico. Pero los verdaderos fanáticos del boxeo asisten por las peleas, no por el espectáculo. Y esta cartelera cumplió con las expectativas.
Morrell, producto del sistema amateur cubano y con credenciales sólidas, venía de perder dignamente por decisión ante
David Benavidez. Por su parte, Imam Khataev era un no favorito con proporción de 5 a 1. Salió agresivo, ganó claramente los tres primeros asaltos y derribó a Morrell con una potente derecha en el quinto round, mientras este intentaba contragolpear desde las cuerdas. Morrell se recompuso, y aunque Khataev bajó el ritmo, el cubano nunca tomó el control total de la pelea.
La decisión dividida de 96-93, 95-94 y 94-94 a favor de Morrell pareció una injusticia.En el duelo entre Puello y Matías, dos boxeadores sólidos se enfrentaron, con el puertorriqueño como ligero favorito (6 a 5). Al igual que Morrell, Puello pasó gran parte del combate a la defensiva en las cuerdas, mientras Matías presionaba sin tregua.
La decisión mayoritaria de 115-113, 115-113 y 114-114 fue más cerrada de lo esperado.
Esto dio paso a la primera mitad del llamado “evento principal doble”: Stevenson vs. Zepeda.
Stevenson es un boxeador muy talentoso, aunque resulta difícil medir cuán talentoso realmente es, pues en su mayoría ha enfrentado rivales lentos y con poca pegada. Zepeda, en cambio, es un golpeador de volumen efectivo, pero lento, y venía de victorias poco convincentes ante un Tevin Farmer en declive. Stevenson era favorito por 10 a 1.
El plan de Zepeda era acorralar a Stevenson en las esquinas y golpear con ambas manos. Lo que no esperaba era que Shakur aceptara entrar en los rincones y cambiar golpes con él.
La velocidad fue la clave. Stevenson era mucho más rápido. Usó menos el jab de lo habitual y se movió menos por el ring. En su lugar, se mantuvo en la media distancia, conectando primero y bloqueando los golpes de Zepeda con los antebrazos y guantes.
Tras cuatro asaltos parejos, Stevenson impuso su dominio. En los últimos rounds, jugaba con Zepeda. Le ganó en su propio terreno, llevándose una clara decisión por 119-109, 118-110, 118-110.
Y llegó el momento estelar: Berlanga vs. Sheeraz, una eliminatoria oficial del CMB en las 168 libras, cuyo ganador quedaría como retador obligatorio del vencedor entre Canelo Álvarez y Terence Crawford el 13 de septiembre.
Berlanga había causado sensación con una racha de nocauts en el primer asalto al inicio de su carrera, pero perdió 10 de 12 rounds contra Canelo en su única gran prueba anterior. Muchos lo consideran más hablador que peleador. Sheeraz, promovido por Frank Warren, venía de un empate contra
Carlos Adames en febrero, tras pelear con una fractura en la mano izquierda según su equipo.
Aunque Berlanga era el favorito en las apuestas, la mayoría de los expertos se inclinaban por Sheeraz. La previa fue típica.
Berlanga insultó a Sheeraz, diciendo: “Voy a romperle todos los huesos de la cara”. Sheeraz respondió con calma: “Ya conoces el dicho: las latas vacías hacen más ruido. Eso es él”.
En la última rueda de prensa el 10 de julio, Berlanga —vestido como un gigoló de mala muerte— lanzó tacones, una peluca y lencería femenina a Oscar De La Hoya, uno de los co-promotores del evento.
Sheeraz, por su parte, mostró profesionalismo. Y una vez sonó la campana del primer asalto, Berlanga no apareció. Ambos empezaron cautelosos y hubo poca acción.
Pero a falta de 44 segundos en el cuarto round, Sheeraz congeló a Berlanga con un gancho de izquierda al rostro, seguido de un uno-dos demoledor que lo mandó a la lona. Berlanga se levantó tambaleante, volvió a caer con otra combinación y fue salvado por la campana.
Diecisiete segundos después del inicio del quinto asalto, con Berlanga sin defensa y Sheeraz conectando a placer, el árbitro David Fields detuvo la pelea.
Sheeraz es una joven promesa en ascenso. Berlanga, en cambio, parece haber alcanzado su techo. Probablemente ahora buscará
enfrentar a nombres envejecidos como Caleb Plant o Jermall Charlo: combates que ofrecen buenas bolsas pero menor riesgo.