Todos han puesto su atención en Conor Benn, incluso peleadores fuera de su categoría de peso.

En general, es difícil que alguien cuyo padre es Nigel Benn pase desapercibido. Pero antes de hace dos fines de semana, el joven de 28 años llevaba una vida pugilística popular pero normal.

En una pelea de rivalidad formada por sus padres, Benn y Chris Eubank Jr. fueron a la guerra. Se marcaron todas las casillas.

¿Fanáticos gritando? Listo.

¿Una arena llena a reventar? Listo.

¿Una pelea reñida que pudo haberse ido para cualquier lado? También, listo.

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Entre los incontables ojos que estaban sobre ellos, Richardson Hitchins observó todo por sí mismo. Con cada asalto que pasaba, el actual campeón de las 140 libras se acercaba más y más a su televisor. Para cuando sonó la campana final, estaba hipnotizado.

Las cosas no salieron exactamente como Benn quería, pero incluso en la derrota Hitchins quedó impresionado. Tanto así, que no solo está dispuesto a pelear con él, sino que lo desea.

“Que lo hagan realidad”, dijo Hitchins a un grupo de reporteros cuando le preguntaron si le interesaba una pelea con Benn. “Estoy dispuesto a ir al Reino Unido.”

Aunque ambicioso, Hitchins (19-0, 7 nocauts) podría estarse adelantando. Está programado para regresar al ring el 14 de junio contra George Kambosos en su ciudad natal, Nueva York.

Durante toda la promoción, Hitchins ha mostrado poco o ningún respeto por el excampeón unificado. Espera ya sea darle una clase de boxeo a su rival o encontrar la manera de lograr el nocaut. Si ese es el caso, el joven de 27 años cree que tendrá derecho a hacer lo que quiera.

Benn (23-1, 14 nocauts) no se mueve exactamente hacia la cima de su lista de objetivos, pero sí sigue siendo una alta prioridad. En cuanto a la diferencia de peso, Hitchins no se preocupa por ese detalle.

“Estoy dispuesto a subir a 147.”