Kieron Conway ha pasado semanas escuchando a George Liddard hablar de cómo y por qué le arrebatará los títulos británico y de la Commonwealth del peso medio, pero cree que pronto la realidad empezará a imponerse al joven retador.

El 17 de octubre, Conway (23-3-1, 7 KOs) defenderá sus cinturones ante el confiado Liddard (12-0, 7 KOs). El evento, desde el histórico York Hall de Londres, será transmitido por DAZN.

Conway ya estuvo en la misma situación que hoy vive Liddard.

Han pasado más de seis años desde que, con 23 años e inexperto, se presentó para retar al entonces campeón británico del superwélter, Ted Cheeseman. Excepto por una derrota de trámite en tres asaltos durante las semifinales de un torneo “Ultimate Boxer” de una noche, Conway estaba invicto en 12 peleas. Logró un meritorio empate.

Liddard también tiene 23 años, pero ahí terminan las similitudes.

Alto y sereno sobre el ring, Conway era un boxeador de bajo perfil y prácticamente desconocido cuando le llegó su primera gran oportunidad. En cambio, el osado y pegador Liddard ha sido preparado desde el inicio como una potencial estrella de la escudería Matchroom, y llega a este combate impulsado por una ola de confianza.

“Diría que probablemente somos personas diferentes en ese sentido. Creo que él es muy arrogante y que su visión sobre esta pelea puede ser distinta a la que tuve yo cuando enfrenté a Cheeseman en aquel entonces”, comentó Conway a The Ring.

“No recuerdo demasiado cómo me sentía. Solo pensaba que iba allí a recoger una victoria. No sentía que hubiera presión sobre mí ni nada.

Creo que era un poco inmaduro. Simplemente me dejé llevar, pero pienso que George será un poco distinto.

Probablemente será más calculador, pero a esa edad tiendes a sobreestimarte y eso podría ser un punto débil de su parte”.

Desde aquella noche contra Cheeseman, la carrera de Conway ha tomado rumbos peculiares e interesantes.

Ha boxeado en dos carteleras de Canelo Álvarez —perdiendo ante Souleymane Cissokho en mayo de 2021 y frente a Austin Williams en septiembre de 2022— y ha aparecido con regularidad en las veladas de arena de Matchroom.

No ha perdido desde aquella decisión en 10 asaltos contra Williams, y no permitió que esas derrotas de alto nivel limitaran sus ambiciones. En mayo, firmó quizá la actuación más dominante y completa de su carrera al detener en cuatro asaltos a Gerome Warburton y conquistar el título británico.

Liddard habla con la confianza de un invicto y ha mostrado destellos de calidad, pero aún no se ha medido a un rival experimentado y de calibre titular como Conway.

Aun así, el hecho de que su equipo lo haya guiado deliberadamente hacia este camino es una clara muestra de la fe que tienen en él.

Conway no es de hablar basura, pero ha peleado en escenarios mucho más grandes que este y ha compartido ring con oponentes mucho más curtidos que Liddard.

Cree que, a medida que se acerque la primera campanada, el peso del reto comenzará a caer sobre los hombros de su rival.

“Pienso que todas esas cosas que él dice y hace ahora, cuando llegue la semana de la pelea y estemos en el mismo lugar, con la fecha encima, empezarán a pesarle un poco”, aseguró Conway.

“Todo lo que ha dicho y hecho tendrá que sostenerlo. Tendrá que entender que yo soy el más experimentado, que sé de qué se trata esto.

No creo que realmente dimensione lo que es disputar 12 asaltos —potencialmente los 12—, sobre todo con alguien bastante más grande y con mayor conciencia de sí mismo.

Creo que eso va a rondarle la cabeza durante un buen tiempo”.