Jack Catterall está satisfecho con cómo ha comenzado su nueva etapa en Estados Unidos.

Hace menos de un mes, el púgil de 32 años oriundo de Chorley tomó la difícil decisión de dejar el gimnasio de Jamie Moore en Mánchester para entrenar bajo las órdenes de Derek “Bozy” Ennis en Filadelfia.

Catterall (31-2, 13 KOs), un hombre de familia, decidió que necesitaba un cambio radical antes de su pelea del 15 de noviembre en peso wélter frente a Ekow Essuman (22-1, 8 KOs).

Conocido por su dominio del ritmo, la distancia y el control del combate, Catterall ha recibido críticas por no acelerar el paso cuando tiene el control total de la pelea. En sus primeros años, era reconocido por su instinto depredador y su contragolpe certero y contundente.

Su estilo se ha ido refinando con el tiempo, pero cree que trasladarse a Filadelfia le permitirá extraer un nuevo nivel en una etapa clave de su carrera.

“No creo que, a los 32 años, vayan a ver a un boxeador completamente diferente,” dijo en el programa Flash Knockdown de Matchroom.

“Creo que se trata más del entorno en el que estoy y de la presión por rendir.

No voy a ponerme a analizar cada sesión de entrenamiento, quizá aquí no se haga eso, pero ciertamente estoy trabajando en cosas nuevas.

Están estudiando mis peleas anteriores, me observaron en los sparrings del fin de semana pasado, así que estoy recibiendo instrucciones y mucho buen trabajo en el gimnasio.”

Ese sparring fue nada menos que contra su nuevo compañero de gimnasio, Jaron Ennis (34-0, 30 KOs).

El ex campeón unificado del peso wélter está a solo una semana de su debut en el peso superwélter ante Uisma Lima (14-1, 10 KOs), un zurdo angoleño. El evento será transmitido por DAZN desde el Wells Fargo Center de Filadelfia el 11 de octubre.

La llegada de Catterall brindó la oportunidad ideal para que “Bozy” Ennis observara cómo su nuevo pupilo se desempeñaba frente a uno de los mejores boxeadores del mundo y, al mismo tiempo, para que Ennis Jr. trabajara con un zurdo de nivel.

“Fue difícil, pero mantuve la compostura,” reconoció Catterall.

“Creo que eso reafirmó que tomé la decisión correcta al venir a este gimnasio. Llegué por mi cuenta, me encontré con muchas caras nuevas y el sábado pasado sentí que gané el respeto de todos.

Ayudé a Jaron en lo que se necesitaba, hice mi parte en el ring y aprendí muchísimo. Estar rodeado de nuevos entrenadores y compañeros me ha hecho crecer. Hasta ahora, diría que todo ha sido un éxito.”

A lo largo de su carrera, Catterall ha viajado varias veces a Estados Unidos, compartiendo sesiones de sparring con Floyd Mayweather y Canelo Álvarez, experiencias que le mostraron lo que se necesita para llegar a la cima.

Desde entonces, se ha consolidado como uno de los mejores superligeros del mundo, enfrentando a Josh Taylor, Regis Prograis y Jorge Linares.

Después de sentir en carne propia lo que Ennis puede hacer en el ring, Catterall no duda en colocarlo en la misma categoría que esos nombres de élite.

“Creo que es un boxeador completo,” afirmó. “Definitivamente, uno de los mejores con los que he estado en el gimnasio, y he trabajado con muchos grandes en los últimos 10 o 15 años. Está ahí arriba.

Su agresividad, su defensa, sus habilidades, su velocidad… es el paquete completo.”