El ex-campeón mundial de peso superligero indiscutido y de RING, Josh Taylor, ha anunciado hoy su retiro definitivo de una carrera ilustre, confirmando en redes sociales que el consejo de sus médicos le ha llevado a tomar una decisión que no deseaba: retirarse o arriesgarse a perder la vista.

El escocés de 34 años, quien perdió en una competitiva pelea de 12 rounds contra Ekow Essuman en su debut en el peso welter el 24 de mayo, ha luchado durante los últimos años con diversas lesiones.

Sumado a la inactividad, es fácil entender por qué esta decisión parecía inevitable, aunque encontró consuelo al reflexionar sobre una "carrera de 1 en 70 millones", en referencia a haber sido el primer y único campeón mundial indiscutido de Gran Bretaña.

En parte de su declaración extensa, escribió: "Como se ha publicitado anteriormente, he tenido un problema recurrente con mi ojo que, lamentablemente, significa que ahora tengo que poner fin a mi carrera o arriesgarme a perder la vista. Aunque el boxeador en mí siempre quiere seguir peleando, sé que debo escuchar a los profesionales médicos y salvarme de mí mismo. Definitivamente no es la forma en que quería retirarme, pero tengo que escuchar a los médicos y a los que me rodean."

El zurdo nacido en Edimburgo se aseguró de agradecer a Top Rank, Queensberry, sus entrenadores y a los fans que lo apoyaron a lo largo de su camino, desde campeón de la Commonwealth hasta alcanzar la posición rara que solo ocho boxeadores en todas las divisiones han logrado en la era de los cuatro cinturones.

Para ponerlo en perspectiva, seis de esos ocho campeones están actualmente en el top-10 libras por libra de The Ring, incluyendo al campeón indiscutido de peso pesado Oleksandr Usyk, tras su victoria por detención en el quinto round sobre Daniel Dubois el sábado. ¿Los dos boxeadores activos que no están en la lista? Devin Haney (32-0, 15 KOs) y Jermall Charlo (34-0, 23 KOs).

Taylor logró el estatus de campeón indiscutido en las 140 libras en mayo de 2021, consiguiendo una victoria por decisión unánime en 12 rounds sobre el entonces campeón unificado José Carlos Ramírez en Las Vegas.

La victoria fue su sexta sobre un oponente invicto anteriormente y consolidó la posición del escocés como el mejor peleador de la división en un momento en que la exposición en Gran Bretaña era limitada, a mitad de la pandemia mundial del coronavirus.

Taylor habló durante mucho tiempo sobre una posible subida al peso welter, buscando desafiar a otro gran campeón de la división, Terence Crawford, quien luego se coronó indiscutido en las 147 libras. Sin embargo, esa aspiración permaneció como un sueño distante, ya que el declive físico del "Tornado Tartan" ya había comenzado.

Taylor solo peleó cuatro veces después de aquella triunfante noche en EE. UU., con un récord de 1-3, siendo la única victoria una controversial decisión dividida en 12 rounds durante su regreso a Glasgow contra Jack Catterall, nueve meses después.

Muchos sintieron que fue superado por Catterall, quien vengó su derrota dos años después, aunque otros señalaron su feroz reinado de campeón previo, que probablemente lo envejeció más rápido que a la mayoría, tras una carrera amateur de siete años.

Logró victorias por detención sobre campeones como Ohara Davies, Miguel Vázquez, Wiston Campos y Ryan Martin, así como una amplia victoria por puntos sobre Viktor Postol antes de obtener su primer desafío por el campeonato contra el bielorruso Ivan Berinchyk en mayo de 2019.

No sabíamos en ese momento, pero dos años y tres peleas después, contra Regis Prograis, Apinun Khansong y Ramírez, ya había alcanzado su cima. No hay vergüenza en eso.