Caleb Plant y Stephen "Breadman" Edwards son la pareja perfecta. No es por la química que han desarrollado como dúo de boxeador y entrenador, sino más bien por sus mentalidades.
Cuando tienen una pelea en el calendario, tanto Plant como Edwards prefieren no mirar más allá, sin importar cuán accesible parezca el oponente. Durante las últimas semanas, siguieron ese enfoque al pie de la letra. Estaban programados para enfrentar a
José Armando Reséndiz, pero sabían que una pelea más grande, y una bolsa aún mayor, los esperaba después.
No fue una coincidencia que
Jermall Charlo apareciera en la pelea coestelar. Se esperaba que Charlo pasara por encima de Thomas LaManna. Del mismo modo, Plant debía dar una clase de boxeo contra su antiguo compañero de esparreo, Reséndiz.
En la Michelob Ultra Arena en Las Vegas, Nevada, el pasado fin de semana, Charlo fue dominante y logró una victoria por nocaut técnico en el
sexto asalto sobre LaManna. Luego fue al vestuario, se secó un poco el sudor del rostro, se vistió y tomó asiento en primera fila para el evento principal.
Aunque se suponía que sería un evento estelar sencillo y predecible, Reséndiz hizo que el público sintiera que valió la pena, ganando por una decisión dividida cerrada pero clara tras 12 asaltos.
Edwards, como era de esperarse, no podía creer lo que estaba viendo. Ahora tendrá unos meses para asimilar lo ocurrido, mientras su boxeador también deberá tomar una decisión.
Los representantes de Plant son operadores astutos. Esperaban que su boxeador ganara, pero también incluyeron una cláusula de revancha inmediata en el contrato original. Plant, al hablar en la rueda de prensa posterior a la pelea,
se mostró abierto a la posibilidad de una revancha, aunque también expresó interés en el enfrentamiento con Charlo, que había sido tema central en la previa.
Edwards no se mete en quién debe o no enfrentar Plant; simplemente espera una fecha y luego prepara al excampeón mundial de la FIB. Ha sido una combinación claramente exitosa, pero aparentemente no del todo ideal. Ya sea que el boxeador de 32 años opte por ir directo a la revancha con Reséndiz o
pelee con Charlo más adelante este año, su meticuloso entrenador quiere hacer algunos cambios.
“Me gustaría tener carta blanca para este próximo campamento y poder hacer todo lo que quiero de principio a fin”, dijo Edwards a varios reporteros el sábado por la noche. “Creo que puede vencer a Reséndiz, pero quiero un campamento donde tenga carta blanca, hacer todo lo que quiero con él en la preparación y ver cómo resulta”.
Aparentemente, Edwards ha estado trabajando con las manos atadas hasta cierto punto. Su asociación ha permitido a Plant lograr victorias por nocaut sobre Anthony Dirrell y,
más recientemente, Trevor McCumby, aunque algo no termina de encajar.
No entró en detalles sobre lo que le gustaría cambiar, pero sí señaló un aspecto específico que modificaría de inmediato.
“Quiero traer a los compañeros de esparreo que yo elija”, continuó Edwards. “Eso sería lo número uno”.