Para
Edgar Berlanga y
Hamzah Sheeraz, una segunda oportunidad por un título mundial pasa obligatoriamente por vencer al otro.
Berlanga y Sheeraz se enfrentarán en una eliminatoria por el título supermediano del CMB, en el combate principal del
evento “Ring III”, este sábado en el estadio Louis Armstrong de Queens, Nueva York, transmitido por DAZN PPV. El ganador se convertirá en el contendiente número uno al cinturón del campeón indiscutido de peso supermediano, Saúl “Canelo” Álvarez. Cabe destacar que Álvarez ya venció a Berlanga (28 años) por decisión unánime, mientras que Su Excelencia Turki Alalshikh ha dejado claro que Sheeraz figura entre los posibles rivales del astro mexicano si logra la victoria este sábado.
Berlanga (23-1, 18 KOs) llega al combate tras noquear
en el primer asalto a un claramente inferior Jonathan González-Ortiz. Por su parte, Sheeraz (21-0-1, 17 KOs) viene de empatar
por decisión dividida ante el campeón del CMB en peso mediano, Carlos Adames, aunque muchos consideran que Adames hizo lo suficiente para llevarse la victoria. Sheeraz, de 26 años, había logrado 15 nocauts consecutivos antes de enfrentar a Adames.
Hay mucho en juego para ambos peleadores, quienes buscan la victoria más importante de su carrera. Para Sheeraz, un triunfo podría catapultarlo directamente a una pelea contra la mayor figura del boxeo actual. Para Berlanga, una victoria lo mantendría en la órbita de los grandes escenarios.
A continuación, las claves para la victoria de cada uno:
BERLANGA
1. Hacer retroceder a Sheeraz
El grado de peligro que enfrenten ambos dependerá en gran medida de quién lleve la iniciativa.
Si Berlanga no logra presionar o termina siendo empujado hacia atrás por Sheeraz, le será muy difícil encontrar ritmo y continuidad. Cuando Sheeraz va hacia adelante o se planta en el centro del ring, su jab y su derecha recta se convierten en herramientas eficaces para impedir que el rival cierre la distancia.
Pero si se obliga a Sheeraz a retroceder, la dinámica del combate cambia por completo. Tanto Austin "Ammo" Williams como Adames lograron sus mejores momentos cuando presionaron al británico.
Berlanga debe imponer condiciones desde el principio, utilizando su ventaja natural en fuerza y físico para presionar, llevar a Sheeraz contra las cuerdas y mantenerlo ahí. Esto no solo maximiza sus oportunidades ofensivas, sino que también reduce significativamente el peligro que representa su oponente.
2. Atacar al cuerpo para preparar golpes al rostro
Muchos de los mejores golpes que Williams y Adames conectaron sobre Sheeraz vinieron tras bajar el nivel con fintas o ataques al cuerpo, y luego subir con contundencia al rostro. Williams lo lastimó en dos ocasiones tras fintar abajo y conectar una izquierda al mentón.
Si Berlanga logra invertir temprano en el ataque al cuerpo, le será más fácil provocar reacciones cuando finta abajo. Más allá de debilitar al británico, ese trabajo abajo puede servir como antesala para conectar un golpe determinante.
Y si logra que Sheeraz baje la guardia anticipando un golpe al cuerpo, se abrirá una ventana para lanzar un impacto decisivo que podría cambiar —o terminar— la pelea.
3. Uppercuts en corto
Si Berlanga logra ingresar al terreno corto, es probable que el británico, que mide 1.91 m (6'3"), opte por cerrarse y cubrirse, en lugar de mover la cabeza.
Esto puede jugar a favor del neoyorquino. Si lanza combinaciones comenzando con uppercuts, puede atravesar la guardia de Sheeraz y generar espacios para golpes de poder. Esos uppercuts pueden abrir la puerta para ganchos al cuerpo o a los costados de la guardia.
Cubrirse puede servir por un tiempo, pero no indefinidamente ante una ráfaga de golpes. Y considerando la fortaleza natural de Berlanga, podría infligir un daño considerable si consigue entrar, abrir la guardia con uppercuts y seguir con combinaciones sólidas.
SHEERAZ
1. Imponer la distancia desde el inicio
La capacidad de Sheeraz para mantener a Berlanga en el extremo de su jab y su derecha recta será decisiva.
Cuando Sheeraz está en control, normalmente es porque domina el ritmo desde la larga distancia, con su jab marcando el compás y empujando a su rival hacia atrás. Así dominó ante Williams y tuvo buenos momentos contra Adames.
Debe afirmarse detrás del jab desde el primer asalto y construir su ofensiva desde allí. Con ello, puede mantener a Berlanga a raya y generar oportunidades con su derecha recta. También podrá contrarrestarlo con uppercuts si Berlanga intenta entrar o cronometrar su retroceso con golpes directos.
Establecer sus armas principales le permitirá también anticipar los ataques de Berlanga y reaccionar con claridad. Todo su plan de pelea depende de activar pronto el jab y la derecha recta. Si lo consigue, su camino hacia la mayor victoria de su carrera se clarifica.
2. Resistir la tormenta inicial
El historial de Berlanga habla por sí solo.
De sus 18 victorias por nocaut, 17 llegaron en el primer asalto, incluyendo su más reciente contra González-Ortiz. Además, Berlanga no ha ocultado su intención de añadir a Sheeraz a esa lista.
Es previsible que Berlanga salga con todo desde el inicio, y Sheeraz deberá resistir esa ofensiva temprana. Puede hacerlo ralentizando el ritmo del combate desde el inicio o intentando sorprender con una ofensiva propia que neutralice la carga inicial.
Sea cual sea la estrategia, los primeros minutos pueden ser peligrosos, y Sheeraz deberá estar impecable en defensa desde la campana inicial. Si logra atravesar esa tormenta sin sufrir daños significativos, puede tomar el control del combate en los asaltos posteriores.
3. Evitar los intercambios en corto
En una pelea puramente técnica, Sheeraz tiene las herramientas necesarias para salir con la mano en alto.
Pero si el combate se convierte en un intercambio de golpes constante, ese escenario favorece claramente a Berlanga. En sus dos últimas victorias por nocaut —ante Padraig McCrory y González-Ortiz—, el neoyorquino se impuso precisamente en los intercambios de ganchos.
Sheeraz debe mantener la pelea limpia, técnica, y evitar el caos. Si lo logra, su ventaja en alcance y habilidades puede marcar la diferencia.