LAS VEGAS — Fernando Vargas Jr. ayudó a construir el Allegiant Stadium con sus propias manos como obrero antes de que su incipiente carrera boxística despegara hace cinco años, y este sábado fue protagonista en el evento coestelar de la súper cartelera encabezada por Canelo Álvarez y Terence Crawford.

En la esquina opuesta lo esperaba Callum Walsh, pupilo de Freddie Roach. El irlandés de 24 años llegaba a la cita buscando demostrar que es real, un talento de élite, y que no estaba recibiendo un trato favorable solo por su vínculo de larga data con Dana White, presidente de UFC y TKO.

Tras 10 asaltos competitivos entre contendientes zurdos del peso superwelter, Walsh (15-0, 11 KOs) hizo más que suficiente a los ojos de los jueces para vencer a Vargas (17-1, 15 KOs) por decisión unánime con tarjetas de 100-90, 99-91 y 99-91.

Con esta victoria, Walsh consolidó su lugar como una de las futuras caras de Zuffa Boxing, que planea organizar cerca de una docena de funciones al año para exhibir a algunos de los contendientes emergentes más prometedores del deporte.

Walsh y Vargas tuvieron buenos momentos, pero nunca alcanzaron gran intensidad ni establecieron diferencias notables. Llegaron al combate sin haber derrotado a rivales de primer nivel, y quedó claro que eran los mejores oponentes que habían enfrentado hasta ahora en una pelea pareja y de intercambio constante.

En un primer asalto de estudio, Vargas lo derribó con lo que pareció ser un gancho de derecha al pecho, pero el réferi Harvey Dock lo decretó resbalón y Walsh se reincorporó de inmediato.

Walsh trabajó bien al cuerpo en el segundo y tercer asalto, y para el cuarto ya partía la guardia de Vargas con su izquierda. Mientras Walsh era más activo, Vargas respondía con mayor cálculo y combinaciones de uno-dos.

Según CompuBox, en los primeros cinco rounds Walsh lanzó 339 golpes y conectó 74, contra 64 de 180 para Vargas.

Vargas, de 28 años e hijo del excampeón mundial superwelter en dos ocasiones Fernando “El Feroz” Vargas, se alimentó del apoyo de los miles de aficionados mexicanos en la arena, que reaccionaban cada vez que conectaba algo importante. Sin embargo, esos momentos fueron escasos.

Buscando cerrar fuerte, Walsh incrementó la presión en el octavo y noveno asalto, lanzando más de 100 golpes en cada uno. Vargas, en cambio, comenzó a bajar el ritmo al superar por primera vez en su carrera el séptimo round. Ya no mostró el mismo ímpetu que había tenido entre los asaltos 4 y 7, donde registró sus mejores pasajes.

En el décimo, Vargas se lanzó hacia adelante y Walsh lo castigó con un demoledor gancho de izquierda para sellar su triunfo, superándolo en el total de golpes conectados 182 a 159.