El excampeón mundial de peso superwélter ha entrenado a su hijo desde que este tomó los guantes en la adolescencia y lo ha guiado a través de un negocio duro y exigente. Vargas Jr. se inscribió en el torneo Golden Gloves de Las Vegas en 2014 con apenas cuatro combates amateurs y sin intención de hacerse profesional.
No fue hasta ganar el campeonato de categoría abierta en ese evento que se planteó seriamente dedicarse al boxeo. Once años después, se medirá con el prospecto irlandés
Callum Walsh en un escenario gigantesco este sábado por la noche en el Allegiant Stadium.
Para el menor de los Vargas, su pelea contra Walsh no es solo la oportunidad más mediática para legitimarse dentro de una división superwélter plagada de talento. Es la ocasión de emerger de manera convincente de la enorme sombra proyectada por su padre, uno de los boxeadores más queridos de su generación.
“Es difícil”, admitió Vargas Jr. a
The Ring. “No mucha gente tiene mis zapatos que llenar porque estás en la sombra de alguien. Llevo el mismo nombre y apellido que mi papá, así que todo se convierte en comparación: ‘Tu papá ya era olímpico. Tu papá ya había firmado con tal promotora. Tus hermanos son así. Tu hermano logró este nocaut.’ No sé si pueda superar el nocaut de Emiliano —40 segundos en el Madison Square Garden— eso está muy arriba. Pero todos sabemos y respetamos nuestro propio camino. Yo estoy cómodo en mi propia piel y no intento ser mi papá. Esos son zapatos enormes que llenar.”
Emiliano (15-0, 13 KOs) suele ser considerado el más prometedor de los tres hermanos Vargas. El joven superligero de 21 años es promovido por Top Rank Inc. de Bob Arum.
“Mis hermanos y yo recibimos mucho respeto gracias a mi papá”, señaló Vargas Jr. “Esto es lo que nos separa. Peleas como estas me emocionan. Quiero desafiarme. Necesitamos más boxeadores que arriesguen su récord invicto. Yo voy 17-0, él va 14-0. No ves muchos peleadores así, con el respaldo que tenemos —sé que él tiene a Dana White detrás y yo tengo a mi padre apoyándonos.
“Quiero ser ese tipo de boxeador de la vieja escuela que arriesga su récord y no teme a la competencia. Creo que mientras más alto pongas la vara y más exijas al rival, mejor versión de mí mismo aparecerá cada vez. Así que, aunque es difícil estar en su sombra, esta pelea es el peldaño para salir de ella.”
Vargas padre ha dirigido cuidadosamente las carreras de sus hijos porque él asumió demasiado, demasiado pronto tras competir por Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
“El Feroz” fue campeón mundial a los 21 años. A los 24 ya había derrotado a Ronald “Winky” Wright e Ike Quartey y caído ante Félix Trinidad y Óscar De La Hoya. Se retiró con apenas 29 años.
Vargas Jr. ya tiene 28 mientras se prepara para lo que, en teoría, es su pelea más difícil en cuatro años como profesional.
“Mi papá siempre me dice que los errores que ocurrieron en su carrera no van a pasar en la nuestra”, explicó Vargas Jr. “Los fanáticos quieren vernos contra Vergil Ortiz y todos esos nombres. Pero hay un proceso, hay niveles. Claro que mi papá fue acelerado. Tenía 21 años y hubiera peleado contra King Kong dos veces un domingo si hacía falta. Así era mi papá…
“Mi papá fue un tomador de riesgos. Eso lo elevó en cuanto al respeto de los aficionados. Pero a veces siento que pudo haber esperado un poco más. Sin embargo, mi papá es un campeón del pueblo. No lo cambiaría por nada. Puede estar en cualquier lugar y siempre habrá gente que se acerque a saludarlo. Eso es una bendición.”
A Vargas padre poco le importa la crítica sobre cómo ha manejado las carreras de Fernando Jr., Emiliano y Amado, este último invicto en peso superpluma (13-0, 6 KOs). Está mucho más enfocado en ser una presencia constante en sus vidas personales y profesionales, el tipo de padre que él nunca tuvo creciendo en Oxnard, California.
“¿Qué decían de mí? ‘A Fernando lo lanzaron a los leones demasiado pronto’, ¿verdad?”, recordó Vargas Sr. “Pero aún así vencí a cinco campeones mundiales. Y porque ahora me tomo mi tiempo con mis hijos, dicen: ‘Oh, solo pelean con bultos.’
“El último, [Gonzalo] Coria, ese sí era de verdad… Desde niño pega fortísimo. Cuando la gente habla de récord inflado, claro, estamos subiendo, somos los nuevos, y se construye el récord. Pero este récord no es mentira. Todos van a saber quién es Fernando Vargas Jr.”
Keith Idec es redactor senior y columnista de The Ring. Se le puede contactar en X @idecboxing