Después de casi dos años y medio de inactividad, Tony Harrison está listo para hacer su regreso este fin de semana.

El ex campeón mundial de peso superwelter del CMB peleará en su ciudad natal, Detroit, Michigan, donde recibirá al prospecto de la República Dominicana Edward Ulloa Díaz (15-6, 12 KOs) en un combate a 10 rounds en la categoría de peso medio, que será parte de la cartelera de la defensa del título mundial de peso pesado de Claressa Shields contra Lani Daniels en el Little Caesars Arena el 26 de julio.

Este combate marca el primer enfrentamiento de Harrison en el límite completo de peso medio de 160 libras y su primer combate en su ciudad natal desde 2014.

"Es como el día de mi boda", dijo Harrison a The Ring. "Estoy superemocionado, siempre esperaba volver al ring, sentí la necesidad de hacerlo, pero no hay mayor llamado que hacerlo en la ciudad en la que nací. La ciudad que tanto amo y que creo que es una meca del boxeo en el mundo".

Harrison (29-4-1, 21 KOs) peleó por última vez el 12 de marzo de 2023, sufriendo una derrota por detención en el noveno round a manos del ex campeón mundial de peso superwelter de la OMB, Tim Tszyu, en territorio enemigo en Australia.

El nativo de Detroit surgió como reemplazo de última hora del entonces lesionado campeón indiscutido Jermell Charlo (35-2-1, 19 KOs), a quien venció por decisión para ganar el título del CMB en su primer combate cinco años antes. En la revancha, casi un año después de su primer encuentro en diciembre, Charlo logró una detención en el undécimo round para vengar su derrota.

Tras perder contra Tszyu, Harrison sintió la necesidad de tomarse un descanso del boxeo, citando el desgaste de pelear en las 154 libras, además de que aún estaba de luto por la muerte de su padre y entrenador, Ali Salaam, quien falleció a causa del coronavirus el 20 de abril de 2020 a tan solo 59 años.

Mientras Harrison se tomaba un descanso del boxeo, la motivación para regresar al cuadrilátero fue regresando gradualmente. Aunque puede que ya no sea el mismo boxeador físicamente, Harrison cree que ha mejorado mentalmente, lo cual le traerá dividendos a los 34 años.

"Nunca dejé de ser 154 desde los 13 años, así que eso me pasó factura", continuó Harrison. "Tomé un paso atrás, mi padre había fallecido, y fue rejuvenecedor encontrar esa hambre que tenía al principio de mi carrera. Solo el recuperar esa hambre, ver a todos estos chicos pelear, pienso: 'Esos tipos no pueden competir conmigo'.

"Atléticamente no soy el mismo, pero ahora estoy jugando un juego mental. Estoy pasando de ser Roy Jones Jr. a Bernard Hopkins. Es un juego mental, disciplinado, comiendo bien, jugando un juego que no jugaba cuando tenía 25 años, ahora lo hago, me siento increíble".

Ahora, Harrison está alineado con Dmitry Salita y Salita Promotions mientras se prepara para regresar al ring por primera vez en 837 días. Con la esperanza de mantenerse activo, sabe que eso comienza con un buen desempeño contra Díaz, frente a lo que espera sea una multitud ruidosa en la misma ciudad donde empezó su carrera como boxeador.

"Espero fuegos artificiales, una multitud ruidosa y feroz. Espero que el Little Caesars Arena sea como el Detroit Lions vs. los Green Bay Packers [una rivalidad de la NFL], ese tipo de ruido y público. Espero que mi oponente se intimide por los fanáticos, les daré un espectáculo y luego Claressa también lo hará. Esa noche, Detroit gana"