Subriel Matías no odia a los jueces, pero prefiere que no se interpongan en su camino.
Su camino hacia la victoria suele ser fácil de descifrar: 22 victorias, 22 nocauts. No las ha ganado todas (22-2), pero cuando lo hace, se asegura de no dejar dudas.
En la mayoría de los casos, el temor se apodera de sus oponentes, pero el púgil de 33 años no espera que
Alberto Puello siga ese patrón.
El próximo 12 de julio, ambos se enfrentarán en la tercera cartelera de Ring Magazine con otro hecho histórico en el Louis Armstrong Stadium en Queens, Nueva York.
En general, el campamento de entrenamiento ha ido bien. De hecho, eso sería quedarse corto. Matías se siente más fuerte que nunca. Y con eso, se imagina a Puello desmoronándose. Si consigue el trabajo, Matías querrá más títulos, pero quiere ser pragmático respecto a a quién apunta después.
Conseguir que oponentes de primer nivel se suban al ring con él ha sido difícil, pero conseguir una pelea con
Gary Antuanne Russell (18-1, 17 nocauts) sería algo más sencillo. Russell es complicado, pero también es un boxeador orgulloso y nuevo campeón mundial. Así que, si el poseedor del cinturón de la AMB también está interesado en recolectar títulos, a Matías le encantaría que sucediera.
“Podemos unificar después de que yo gane”, dijo Matías a Tha Boxing Voice durante una entrevista reciente.
En algún lugar del área de Maryland, la vuelta de la victoria de Russell ya se ha visto interrumpida después de que la AMB le ordenara enfrentar al retador obligatorio
Andy Hiraoka (24-0, 19 nocauts), con un plazo vencido el 21 de mayo para que ambos equipos acordaran los términos y evitaran una subasta.
La dominante victoria por decisión en 12 asaltos de Russell sobre José Valenzuela obligó al zurdo de 26 años a ceder a regañadientes el control de su título en una fallida primera defensa, y parece que Russell-Hiraoka será lo próximo en algún momento antes de septiembre.
Por lo tanto, Matías sabe que el calendario del púgil de 28 años no está vacío. Con Puello aún de pie en su camino, las negociaciones no están ni cerca de concretarse. Pero, si ese día llega y sus equipos intentan cerrar un acuerdo, Matías no se comportará como una diva. Tiene muchas ganas de enfrentarse a Russell, tanto que está dispuesto a darle la ventaja de pelear en casa.
“Estoy dispuesto a ir a la casa de Gary Antuanne.”