El 2025 no ha comenzado bien para Shakan Pitters.

Aún no ha llegado la mitad del año y el boxeador de 35 años ya ha sufrido una pérdida familiar, ha atravesado un susto médico y ha visto cómo su carrera se estancaba. Este sábado, Pitters está decidido a demostrar que las pruebas lo han fortalecido más que nunca, cuando enfrente a Brad Rea por el vacante título europeo del peso semipesado.

En enero, su padre Colin falleció, pero Pitters, con valentía, continuó entrenando para su combate de febrero ante el entonces campeón europeo, Daniel Blenda Dos Santos. Sin embargo, a tan solo 48 horas del primer campanazo, la pelea fue cancelada tras detectarse un problema en el escáner cerebral del francés.

En abril, ya con una nueva fecha pactada, Pitters tuvo que retirarse tras ser hospitalizado por un problema en el pecho durante la semana de la pelea.

Mientras Pitters se sometía a estudios, Rea ocupó su lugar y aceptó enfrentar a Dos Santos, pero el francés se retiró el mismo día alegando enfermedad. Finalmente, Dos Santos fue despojado del cinturón azul y plata, y este sábado, con Pitters médicamente autorizado, él (20-2, 7 KO) y Rea (20-1, 10 KO) finalmente subirán al ring en el Connexin Live Arena de Hull para cerrar este capítulo.

En una entrevista reciente con The Ring, Rea declaró que Pitters será un reto más difícil que Dos Santos, una valoración con la que el boxeador de Birmingham coincide totalmente.

“Definitivamente, al 100%. Sé que soy mejor peleador que Dos Santos”, dijo Pitters.

“Tengo más experiencia y recorrido. Y lo curioso es que muchos piensan: ‘Shak tiene 35 años, ya va cuesta abajo’. Pero debuté como profesional a los 28, así que mi desarrollo real empezó cerca de los 30. Recuerda, en mis primeros tres años gané título tras título”.

Con 1.98 m de estatura, Pitters irrumpió con fuerza en el peso semipesado, pero lleva tres años viendo el panorama desde fuera.

Ganó el torneo Ultimate Boxxer en 2018 tras vencer a tres rivales en una sola noche. Al año siguiente ya era campeón inglés, y doce meses después, se coronó campeón británico.

Sin embargo, su título fue arrebatado por Craig Richards en su primera defensa, y más tarde, Dan Azeez lo superó por decisión en 2022, cuando intentó recuperarlo.

En lugar de rendirse, Pitters regresó al gimnasio para evolucionar. Está emocionado por mostrar cuánto ha mejorado.

“Era un profesional novato cuando gané el título británico. Tenía menos experiencia que Craig, me tomaron en el momento justo”, explicó.

“Lo mismo con Dan, yo era menos experimentado. Pero hoy, comparado con aquel peleador, la diferencia es abismal. Uso mejor mi alcance, soy un gran peleador en corto, pienso mucho mejor en el ring. Me siento completo y no estoy disminuyendo en nada. Vivo para esto, y mi cuerpo lo demuestra. Va a rendirme frutos”.

Dos meses después de su derrota ante Azeez, Rea también cayó por decisión en diez asaltos ante Tyler Denny. Ambos fueron descartados por el radar y han tenido que reconstruirse desde entonces.

Durante los últimos tres años, la división semipesada británica ha estado en plena ebullición, y Pitters ha tenido que observar desde la barrera.

Cree que sus derrotas lo han forjado y critica la manera en que el boxeo margina a quienes pierden peleas exigentes.

“Todos quieren estar invictos, pero mis victorias y derrotas me han hecho mejor peleador. Encendieron el fuego en mí”, dijo.

“Si Brad y yo hubiéramos abandonado nuestro camino, hoy serían otros los que pelearían por este título. Eso es un mensaje para los que vienen: a veces no entiendes lo que ocurre ahora, pero luego todo cobra sentido”.

“Tienes que ponerte en posición para ser atractivo, para que te quieran. Pero es una locura: los promotores y los fans piden grandes peleas domésticas, pero en cuanto alguien pierde, lo descartan.

En la UFC, los peleadores pierden cada mes, y siguen enfrentándose entre ellos. Es otra mentalidad.”

Las experiencias recientes han enseñado a Pitters a no darle importancia a la opinión de los demás. Ahora su único objetivo es convertirse en el mejor boxeador posible y hacer sentir orgullo a los suyos.

“No puedo imponer cómo quiero que me vean. Cada quien siente lo que siente”, comentó.

“Yo solo puedo entrar al boxeo siendo quien soy. Controlo mi energía interior, mi fe, lo que creo de mí mismo, lo que mi equipo cree de mí y lo que mi familia siente por mí. Represento a los míos, a nuestro apellido.

Eso es lo que importa. Cuando regreso a casa y bajo la cabeza, sé que estoy haciendo sentir orgullosa a mi familia, a mi padre que ya no está. Eso es lo que importa de verdad.”