Sam Goodman asumió un riesgo importante con la esperanza de convertirse en campeón mundial.
El australiano de 26 años esperaba enfrentar al monarca de las 122 libras,
Naoya Inoue, en enero, pero esa oportunidad se esfumó debido a una lesión ocular recurrente. En lugar de esperar otra chance en su división, Goodman tomó una decisión audaz: subir de categoría para enfrentar al campeón AMB de las 126 libras,
Nick Ball, en la cartelera encabezada por Moses Itauma y Dillian Whyte el pasado fin de semana en Riad, Arabia Saudita.
Goodman (20-1, 8 KOs) peleó con todo en la ANB Arena, pero no
logró imponerse en la batalla de invictos. Las tarjetas fueron 118-110, 117-111 y 115-113, todas a favor del campeón inglés.
Por supuesto, Goodman quedó abatido tras perder en su primer intento titular. Sin embargo, no tiene intención de hundirse en la decepción. Su plan es regresar al gimnasio y seguir persiguiendo sus sueños.
“Me mantuve firme en aguas profundas”, escribió Goodman en su cuenta de Instagram. “No fue lo que vine a buscar, pero seguimos adelante, reagrupamos y mejoramos. Nada cambia. Gracias a todos los que vinieron a apoyarme y a los que mostraron su cariño en casa. Lo sentí todo”.
Ball (23-0-1, 13 KOs) aplicó una estrategia simple: guardia alta, presión constante y combinaciones sin descanso. Ese volumen de trabajo fue demasiado para el retador.
A pesar de la derrota, Goodman dejó en claro que sigue tan decidido como siempre.
“Volveremos —y seré campeón mundial”, afirmó.