LONDRES, Inglaterra — No es común ver a un peso pesado lastimado con golpes al cuerpo, pero el consenso general es que esa podría ser la kriptonita del campeón mundial unificado de peso pesado Oleksandr Usyk.

Después de todo, el ucraniano no comenzó su carrera profesional en el peso pesado, donde las detenciones por golpes al cuerpo son poco frecuentes. Fue campeón indiscutido en el peso crucero y, en el boxeo amateur, cayó por un golpe al costado izquierdo del abdomen del futuro campeón indiscutido del semipesado Artur Beterbiev.

Dicho esto, Usyk aún no ha mostrado debilidad ante una presión sostenida al cuerpo en 23 peleas profesionales, de las cuales siete han sido en la división reina del boxeo.

A menos que contemos lo sucedido en el quinto asalto de su combate en agosto de 2023 contra Daniel Dubois, a quien volverá a enfrentar este fin de semana con los títulos de The Ring, CMB, AMB, FIB y OMB en juego en el estadio de Wembley, en vivo por DAZN PPV.

Usyk ganó esa primera pelea por nocaut en el noveno asalto, pero cuatro asaltos antes cayó tras un uppercut de derecha al cuerpo. El británico pensó que había logrado la primera caída en la carrera del ucraniano, pero el árbitro Luis Pabón dictaminó que el golpe fue bajo, y le concedió a Usyk casi cuatro minutos para recuperarse.

“Nuestra victoria duró cinco minutos,” dijo el entrenador de Dubois, Don Charles, a The Ring. “Daniel fue campeón unificado por ese periodo. Nos robaron.”

En abril, durante un media day en Londres, el promotor de Dubois, Frank Warren, mostró copias impresas de una imagen donde se ve el golpe de derecha aterrizando en la parte superior de la línea del cinturón de Usyk. “Estos golpes no son bajos,” afirmó Warren. “Y la regla dice el ombligo.”

Sin embargo, al tratarse de un uppercut y no de un recto, también puede congelarse el cuadro para mostrar que el primer punto de contacto de Dubois fue por debajo del cinturón.

El golpe tuvo la suficiente fuerza como para dejar a Usyk retorciéndose en el suelo con un dolor evidente. Las imágenes reabren el debate sobre la aplicación de las reglas y regulaciones respecto a dónde se permite impactar con los golpes al cuerpo.

Fuera de Agit Kabayel, cuyos últimos tres combates contra Zhilei Zhang, Frank Sánchez y Arslanbek Makhmudov terminaron con victorias por detención tras golpes al cuerpo, es difícil encontrar a muchos otros pesos pesados que utilicen ese método de ataque con regularidad.

“Los golpes al cuerpo nos hacen cobardes a todos,” comentó Sergio Mora en la transmisión de DAZN mientras Makhmudov caía ante el peso alemán.

La realidad es que los pesos pesados son árboles grandes que hay que derribar, y en la mayoría de los casos, atacar al cuerpo, donde abundan músculos y grasa, no es tan efectivo como ir directo a la cabeza. Y cuando los boxeadores deciden golpear abajo, las coqueras, que suelen subir durante el combate, terminan pareciendo flotadores para bebés.

Eso no quiere decir que la coquera de Usyk pareciera más alta de lo normal. Lennox Lewis usaba una protección alta y la de Tyson Fury podría cubrir cinco ombligos. Pero Dubois sentirá que las recompensas por atacar el abdomen son mínimas. Usyk ya es difícil de alcanzar de por sí.

La guerra de declaraciones entre Dubois y Usyk sobre el “Golpe Bajo-gate” comenzó en la rueda de prensa de lanzamiento en abril, pero fue Charles, de 64 años, quien se mostró más efusivo.

“Las acciones que hiciste esa noche… ¿Has oído de los Óscar? Deberías haber ganado uno,” dijo Charles.

“Engañaste al árbitro, nos engañaste a nosotros y engañaste al mundo del boxeo.

“Te enorgulleces de ser un hombre temeroso de Dios — ‘No mentirás’ — así que me pregunto, ¿a qué Dios adoras?

“Dios te ha convocado para que nuestro hijo, Daniel Dubois, se vengue de ti.”

¿Realmente un hombre como Usyk, quien ha mostrado tanta humildad a lo largo de su carrera, engañaría a un oponente, a miles de aficionados que pagaron su entrada y a los que veían desde casa? Probablemente no. Pero quizás su astucia va más allá de las habilidades pugilísticas.

“Creo en Jesús y merezco un Óscar,” respondió Usyk a Charles, antes de sacar de su bolsillo un manual de “Lecciones de Boxeo,” mostrándolo a todos los presentes.

“Tienes que enseñar a tu boxeador a pelear limpio, pero ganaré esta pelea con mi mano derecha, con el jab, y con eso será suficiente.”

Al final, la responsabilidad recae sobre Dubois para superar toda la controversia, las decisiones arbitrales que considera injustas y el trato desigual. “Ya estoy harto de hablar de eso,” dijo el británico de 27 años durante el media day previo al combate.

La atención parece centrarse firmemente en Usyk, quien, al menos dos veces más, después de admitir que le quedan un par de peleas, intentará silenciar a los que dudan de su supuestamente débil sección media.

Ambos se encararon el martes frente a las escaleras de Wembley Way, y mientras Usyk se mantuvo firme e imperturbable, Dubois gritó “And the new…” en respuesta a los cánticos de “Usyk” de su equipo.

Otra victoria de Usyk, como ya hizo en las revanchas contra Anthony Joshua y Tyson Fury, y la gente olvidará por completo aquel quinto asalto de la primera pelea. Dubois espera reafirmar que lo que hizo aquella noche en Wroclaw, Polonia, no fue ilegal y que ni él ni su entrenador han estado vendiendo humo al público.

Por ahora, sin embargo, es el gancho de venta perfecto para la revancha, y hasta que lo veamos de nuevo, todos deberíamos dejarnos llevar por el drama.