Pat Brown ha hecho algunas caminatas hacia el ring bajo presión.

El prometedor peso crucero ganó dos veces el campeonato Elite de la ABA y representó a su país en los Juegos Olímpicos de 2024, pero nada lo preparó para lo que sintió al salir del vestuario en su debut profesional en marzo.

Con el argentino Federico Grandone esperándolo en el ring, el ambiente en el Planet Ice de Altrincham se volvió eléctrico cuando se anunció su nombre.

Sonaron los primeros acordes de “Never Too Much” de Luther Vandross, y Brown apareció en escena vestido con una bata negra sencilla.

En lugar de caminar en círculos frente a una pantalla gigante con su rostro o esperar a que cayera el ritmo, Brown hizo una breve pausa para saludar a los miles de fanáticos presentes y se dirigió directamente, con paso firme, hacia el cuadrilátero.

El joven de 25 años ya estaba entre las cuerdas antes de que Vandross terminara de aclararse la garganta.

Su entrada, sin adornos ni artificios, fue una bocanada de aire fresco frente a los espectáculos prefabricados que se ven cada semana. Reflejó a la perfección su estilo y personalidad: sobrios, directos y genuinos.

La autenticidad vende.

“Estoy ahí para hacer mi trabajo, no para bailar”, dijo Brown (1-0, 1 KO) a The Ring.

“Por eso corro al ring, porque estoy listo para entrar y hacerlo. No soy de esos tipos. A todos nos gusta un poco de música de la vieja escuela, pero no voy a andar caminando de un lado a otro ni esperando el momento dramático”.

“Para mí, eso solo me distraería del objetivo”.

La preparación para su debut se prolongó por cuatro meses.

En noviembre pasado, su fichaje por Matchroom se anunció oficialmente durante un evento llamado “Una noche con Pat Brown”, al que asistieron cientos de amigos y seguidores.

Desde ese momento, fue señalado como uno de los boxeadores con mayor capacidad de venta de entradas en el Reino Unido, y como el hombre llamado a devolver el boxeo de élite a Mánchester.

Sin embargo, tuvo que soportar una espera frustrante antes de poder subirse finalmente al ring.

Casi todos sus compañeros del gimnasio de Jamie Moore habían peleado antes de que él pudiera ponerse por primera vez los guantes de 10 onzas.

Ahora, con una semana profesional vivida y su primer triunfo en el bolsillo, Brown ya se siente parte del negocio. Regresará a la acción este sábado en Birmingham, Inglaterra, contra el croata Ivan Duka (5-5, 3 KOs), en una velada transmitida por DAZN.

“Sí, sin duda”, dijo. “En el debut experimenté muchas cosas. Fue una gran presión. Me lanzaron al agua, pero es donde más crezco y mejor me desenvuelvo. Me alegra haberlo vivido y superado.

Ahora sé qué esperar y, como todo el mundo, cuando sabes qué esperar, te sientes mucho más cómodo”.

Grandone no le dio un inicio sencillo en el profesionalismo. Fue duro, resistente, y devolvió bastante castigo.

La pelea fue más intensa de lo que Brown y su equipo habrían preferido, pero le ofreció una experiencia invaluable, mucho más útil que una victoria fácil.

“Tuve mucha presión, era todo o nada”, explicó. “Si Grandone me ganaba y arruinaba la fiesta, habría sido un desastre con todo el bombo que se había generado, pero así es el boxeo.

Siempre habrá opiniones, siempre habrá ruido. Solo pensé: si no puedo manejar esto en mi debut profesional, ¿cómo voy a soportar una pelea por título más adelante?

“Yo pedí enfrentar a alguien duro como Grandone. Me sorprendería si lo vuelven a invitar al Reino Unido.

En su momento, no lo pensé demasiado, pero por lo que me han comentado, es un guerrero. Causaría problemas a más de uno y, además, llegó en excelente forma”.

Aunque los boxeadores que venden muchas entradas son clave para crear ambiente, es fundamental que no se dejen llevar por el fervor y pierdan el enfoque.

Tras los combates, figuras populares como Josh Warrington acostumbran ver los videos caseros grabados por sus amigos y familiares.

Brown hizo lo mismo.

Después de celebrar su victoria, se sentó con su teléfono y revivió la noche a través de los ojos de quienes lo apoyaron. Muchos de ellos marcharon juntos por Altrincham rumbo al recinto.

“Lo hice, la verdad”, dijo entre risas. “Estoy en tres grupos de WhatsApp con más de 100 personas en cada uno. Los videos que comparten ahí son una locura.

Uno que tengo grabado en la mente es el de la marcha por Altrincham. Eran masas. Cientos de personas con banderas y bocinas. Nunca vi nada igual.

Me quito el sombrero ante todos ellos. Los quiero, los conozco, y eso significa todo para mí”.

Con su debut superado y la primera victoria asegurada, Brown ahora puede enfocarse plenamente en mejorar y escalar en las clasificaciones.

“Vuelvo el 21 de junio en Birmingham y luego el 5 de julio en Mánchester, así que dos peleas en dos semanas”, concluyó.

“Es como en mis días de amateur, peleando cada tres o cuatro días. Yo vivo para esto”.