A primera hora del viernes por la noche, Pat Brown se sentó de forma anónima entre el público en un Planet Ice de Altrincham poco concurrido y frío, observando la escena.

Un par de horas después, Brown salió de su vestuario mientras sonaba Never Too Much de Luther Vandross en la pista de hielo convertida en arena, caminando con determinación hacia una atmósfera completamente diferente.

El muy esperado debut profesional a seis asaltos de Brown fue la atracción principal del evento de Matchroom, transmitido a nivel mundial por DAZN.

El olímpico de 2024 es un personaje discreto, pero el popular boxeador de Mánchester ha pasado meses hablando de boxeo en lugar de hacer lo que mejor sabe: pelear. La semana pasada, el peso crucero de 25 años le dijo a The Ring que estaba contento de tener finalmente la oportunidad de justificar la expectación generada.

El argentino Federico Grandone, 7-5-2 (3 nocauts), fue el elegido para darle la bienvenida a Brown, 1-0 (1 nocaut), al boxeo profesional.

Se ha hablado mucho sobre la pasión de Brown por la pelea y su disposición a involucrarse en el intercambio, pero a pesar de la atmósfera a su favor y la atención recibida, escuchó la campana inicial de su carrera manteniéndose tranquilo y concentrado en lo básico. Brown simplificó su estrategia, lanzó golpes rectos y eligió bien los momentos para atacar con ganchos potentes al rostro y al cuerpo.

Y entonces, las cosas cambiaron.

El resistente Grandone no se rindió. En su lugar, intentó responder y comenzó a conectar cada vez más golpes limpios sobre el más alto Brown, quien descuidó su defensa en busca del nocaut. Una y otra vez, Brown acertaba un fuerte uppercut o un golpe al cuerpo, pero se quedaba en la zona de impacto y recibía contragolpes contundentes.

Sin embargo, los golpes al cuerpo estaban haciendo mella en el argentino, y al inicio del cuarto asalto, se desplomó contra las cuerdas. El árbitro Darren Sarginson determinó que las cuerdas lo habían sostenido y le aplicó la cuenta de protección. Brown no lo dejó escapar, y su ataque de seguimiento obligó a Sarginson a intervenir y detener la pelea a los 55 segundos del cuarto asalto.

Fue un debut frenético, y Brown sin duda se dejó llevar por la atmósfera y la ocasión, pero después de una larga espera, sentirá alivio por estar finalmente activo.

El pasado noviembre, se habló mucho de la popularidad de Brown cuando atrajo a unos 300 aficionados al centro de Mánchester durante un evento improvisado de Matchroom para anunciar oficialmente su firma, pero convencer a un par de miles de personas para atravesar la notoriamente lenta autopista M60 un viernes por la noche puede ser una muestra aún mejor de su potencial como atractivo de taquilla.

El espectáculo de Brown ha comenzado, y con Eddie Hearn prometiendo mantenerlo ocupado, es probable que pronto llegue a una ciudad cercana.

"Estaba en forma, vino a ganar, hay que reconocerlo", dijo Brown tras su victoria.

"Quería empezar con calma y de manera constante, pero él vino directo hacia mí, era un peleador ofensivo. Ya lo dije antes: si quieres avanzar contra mí, prepárate para una guerra.

"Tuve las manos un poco bajas, es la primera vez que peleo con guantes de 10 onzas, entreno con guantes de 16 onzas. Sentí cada centímetro de su cabeza en mis nudillos, me encantó.

"Todo boxeador siente nervios; si dicen que no, están mintiendo. El día que no sienta nervios será el día en que deba dejar el boxeo. Quiero volver al ring lo antes posible; en la próxima pelea, todos saben lo que voy a traer a la mesa."