Maxi Hughes se impuso por decisión unánime a Archie Sharp la noche del viernes tras 12 asaltos olvidables, en una de las peleas más intrascendentes que se han visto en el boxeo británico este año.

Los momentos destacados del combate se podrían contar con los dedos de una mano, pero fue Hughes quien hizo lo suficiente para convencer a los tres jueces de que merecía la victoria. Uno de ellos, incluso, lo vio ganar por un amplio 120-108, dado que Sharp lanzó muy pocos golpes durante el evento principal celebrado en el Keepmoat Stadium de Doncaster, Inglaterra.

En su última presentación, Sharp había sufrido la primera derrota de su carrera profesional, al caer por decisión unánime frente a Ryan Garner en peso superpluma el pasado julio. El púgil del sur de Londres optó por regresar al peso ligero para esta nueva oportunidad.

Hughes, de 35 años, ha venido reconstruyendo su carrera tras sufrir derrotas consecutivas ante George Kambosos Jr. y William Zepeda en 2023 y 2024, respectivamente. Su victoria por decisión unánime sobre Gary Cully en diciembre demostró que aún tiene mucho que ofrecer en la división ligera, donde actualmente ocupa el puesto número 13 del ranking del CMB.

Ambos sabían que esta era su única oportunidad real de posicionarse para una pelea por el título mundial, ya que el título plata del CMB estaba en juego. Una derrota los relegaría tanto en la clasificación que prácticamente los dejaría fuera de cualquier aspiración titular.

Si bien esta victoria no será recordada por su espectacularidad, sí mantiene vivas las esperanzas de Hughes de disputar un campeonato mundial en el futuro cercano.

Este combate había sido uno de los más comentados en el ámbito nacional durante 2025, pero tras una larga previa, prácticamente nada ocurrió en el primer asalto. Sharp pasó la mayor parte del round bajando su mano adelantada, intentando provocar a Hughes, pero este no cayó en la trampa.

La tónica se repitió en los asaltos dos y tres, con un combate entre un Sharp ortodoxo y un Hughes zurdo que jamás terminó de encenderse.

La falta de acción dio paso a algunos golpes en los primeros segundos del quinto round, pero rápidamente se volvió al letargo. Hughes inició el sexto asalto con mayor ímpetu, como queriendo convencer a los jueces de que era él quien buscaba la pelea, aunque Sharp se mantuvo evasivo y sin mayores sobresaltos.

Sharp incluso realizó un amague al estilo Muhammad Ali cuando quedaba un minuto del sexto round, tras recibir un recto de derecha, probablemente el mejor golpe de la primera mitad del combate. Luego bajó ambas manos hacia el final del asalto, pero Hughes no se desesperó y mantuvo la compostura.

Hughes dio continuidad a su trabajo con una potente izquierda a mitad del séptimo asalto que hizo tambalear las piernas de Sharp. El resto del round lo pasó intentando finalizar la pelea, aunque Sharp se recuperó bien y evitó males mayores. A partir de allí, Sharp logró reagruparse.

En el décimo asalto, Hughes conectó una combinación de gancho y cruzado que probablemente le aseguró el round, dada la escasa acción restante. En el undécimo, una única contra de gancho de derecha por parte del peleador de Yorkshire fue lo más destacable del round.

Y si el público adormecido del Keepmoat esperaba que ambos boxeadores aumentaran el ritmo en el duodécimo y último asalto, se equivocaron. El round final transcurrió con la misma tónica que los anteriores, cerrando una pelea para el olvido que, al menos, llegó a su fin. Ambos levantaron los brazos al sonar la campana final, pero para los jueces no hubo duda de quién fue el vencedor.

Más temprano, el compañero de gimnasio de Hughes, Reece Mould, cayó por decisión dividida ante Lewis Sylvester tras 10 asaltos entretenidos. Antes de eso, Haithem Laamouz se impuso por decisión unánime tras una dura contienda de 10 rounds ante James Flint, en la que probablemente fue la pelea de la noche.