Jack Catterall sabe que el boxeo tiene un final. Y posiblemente no esté muy lejos.
En la vida real —y en años de boxeador— los 32 años no se considerarían una edad avanzada, pero el ex retador al título mundial de las 140 libras ya ve la línea de meta acercarse.
Con solo unas cuantas peleas más en el horizonte, el británico decidió hacer varios cambios.
Para empezar, subió oficialmente al peso wélter, donde enfrentará a
Ekow Essuman el 15 de noviembre en el Tottenham Hotspur Stadium.
Además, rompió lazos con sus entrenadores Jamie Moore y Nigel Travis, y
se unió al estadounidense Derek “Bozy” Ennis, radicado en Filadelfia.Aunque no fue una decisión fácil, Catterall cree que fue la correcta.
“Probablemente estoy en los capítulos finales de mi carrera y quería darlo todo,” declaró Catterall a iFL TV. “Creo que este cambio lo es todo.”
El nombre de Ennis ha ganado fuerza en los últimos años. Su hijo,
Jaron Ennis, es un ex campeón unificado del peso wélter al que ha entrenado desde el inicio. También ha guiado a Stephen Fulton a un título mundial en las 126 libras y ha ayudado a desarrollar a
Andy Cruz, hoy uno de los mejores púgiles del peso ligero.
Catterall (31-2, 13 KOs) siempre ha sido visto como un buen boxeador. Sin embargo, pese a contar con victorias importantes —incluidas las logradas ante Regis Prograis y, más recientemente, Harlem Eubank— el inglés
no estaba satisfecho con su rendimiento. Ganaba combates, sí, pero sentía que necesitaba un cambio.
“No fue una decisión que tomara a la ligera,” explicó Catterall. “Le di muchas vueltas. Analicé mis últimas actuaciones y, en el fondo, mi instinto me decía que debía hacerlo.”