Aunque su derrota fulminante en un solo asalto ante
Fabio Wardley el año pasado lo relegó en la carrera por los grandes títulos, el peso pesado británico de 33 años está convencido de que un par de victorias estratégicas podrían devolverle a la ruta por uno de los cuatro cinturones que hoy ostenta Usyk.
Pero ‘Big Fraze’ es tan honesto como realista, y no puede evitar reírse al recordar sus experiencias de sparring con los dos protagonistas del combate por el título indiscutido celebrado en el estadio nacional de Inglaterra.
Al igual que
Dubois, Clarke —natural de Burton— mide 1,98 metros y posee un estilo de boxeo técnico y bien formado, por lo que no fue sorpresa que el equipo de Usyk lo convocara como compañero de sparring previo a la revancha.
Desafortunadamente, Clarke solo pudo permanecer un día en el campamento, debido a una complicación médica de su pareja embarazada. Por suerte, todo salió bien y tanto la madre como la recién nacida están en perfecto estado, pero en su momento, la situación requirió una salida urgente.
“Cuando llegué, mi chica tuvo un susto. Parecía que el bebé se adelantaría dos semanas”, cuenta Clarke a The Ring.
“Solo estuve allí un día. Les dije: ‘Lo siento, chicos, tengo que irme, parece que el bebé está por llegar’”.
“Fue todo muy loco, pero logré hacer una sesión de sparring con Usyk, y fue como estar en la luna. Vi lo real, no el ‘hype’. Vi quién es de verdad.
Es un personaje fenomenal, pero también un atleta y boxeador excepcional. A sus 38 años, está en una forma física increíble, créeme”.
Cuatro boxeadores fueron llamados a hacer sparring con Usyk, y cada uno realizó tres asaltos. Clarke fue el primero en entrar.
“Esos tres rounds se sintieron como seis. El ritmo que impuso desde la campana inicial fue impresionante de ver”.
El historial de sparring de Clarke incluye nombres ilustres de la división, como
Agit Kabayel, con quien entrenó en Alemania poco después de su empate ante Wardley.
Pero Usyk, campeón indiscutido en dos ocasiones y firme candidato al Olimpo de los pesos pesados, fue otra historia.
“Usyk es un tipo extremadamente profesional”, añade Clarke.
“No comete errores. Eso fue lo que me impactó al ver la pelea.
La gente siempre habla de su juego de pies hipnótico y demás, pero si lo analizas bien, él hace lo básico... pero lo hace a un nivel de 15 sobre 10”.
Por eso no le sorprendió que Usyk despachara a Dubois con tanta contundencia. Aunque también recuerda bien el poder demoledor del londinense.
Ese poder no apareció en Wembley, pero sí lo sintió Clarke la primera vez que sparrearon en el equipo GB.
“Y te lo digo sin vergüenza: me sentó de culo”, confiesa.
“Llegó al gimnasio, un tipo callado, grande. No tenía el físico que tiene ahora, era algo más pequeño, pero pura masa muscular.
Entramos al ring y todo se volvió en cámara lenta. Recuerdo ese gancho de izquierda como si fuera ayer.
Bang. Me mandó directo a la lona”.
“Estaba preparándome para los Juegos Olímpicos de 2016. Joe Joyce ya era un obstáculo enorme y ahora aparece este chico para tumbarme también…
Pero seguimos sparreando durante años, tuvimos grandes sesiones. Desde ese día supe que no se puede subir al ring con Daniel Dubois sin estar preparado. Si lo haces, te apaga las luces”.
“Y ahí está la grandeza de Usyk: su disciplina. En uno de esos intercambios, si Daniel lanza una derecha fuerte que impacta en la guardia y Usyk tuviera la mano dos centímetros más baja… estaríamos contando una historia completamente distinta”.
Tras la derrota, Dubois (22-3, 21 KOs) quedó en la cuerda floja. Incluso su compatriota
Dave Allen sugirió que quizás era el momento de retirarse.
Pero Clarke no está de acuerdo:
“Tiene solo 27 años, le queda mucho por delante y estoy convencido de que volverá al 100%.
Daniel fue criado en esto, no conoce otra cosa”.
Lo mismo podría decirse de Clarke, que lleva más de veinte años en el boxeo, desde que empezó a los 11. Por eso, ni la brutal derrota ante Wardley ni las lesiones fueron razón suficiente para colgar los guantes.
Volvió en abril con un triunfo
en el primer asalto ante Ebenezer Tetteh, y todo apunta a que tendrá su tercera oportunidad por el título británico en su próxima pelea —aunque aún no se define su rival.
“Miro mi carrera y creo que es el paso natural”, dice Clarke (9-1-1, 7 KOs).
“No digo que esté por encima de ese nivel, pero es donde estoy ahora.
Competir por el título británico me permitirá ver cómo rindo y después reevaluar.
Solo así sabré si puedo dar el salto y enfrentar a los grandes nombres, porque ganar ese título puede llevarte de campeón británico a pelear en Riad contra un nombre enorme en una cartelera loca”.
“Sé exactamente dónde estoy. Pero también sé que en este deporte, si encadeno un par de victorias, puedo volver a estar en la cima.
Gano el británico, y la siguiente pelea podría meterme en el Top 10. Esa es la realidad”.
“Ya he visto a estos grandes de cerca. He presenciado cómo entrena Usyk. He hecho muchos rounds con gente como Daniel.
Si eso no es experiencia útil para alguien que quiere llegar a lo más alto, entonces no sé qué lo sea”