El sueño de
Charly Suárez de disputar un campeonato mundial, que había perseguido desde la infancia, se vio truncado abruptamente la noche del sábado en San Diego, California.
Un corte incontrolable sobre la ceja izquierda de Emanuel Navarrete provocó el final anticipado de su combate a 12 asaltos por el título mundial superpluma de la OMB, cuando apenas se iniciaba el octavo asalto en el Pechanga Arena. La Comisión Atlética del Estado de California dictaminó que el corte fue causado por un choque accidental de cabezas, no por la izquierda que Suárez conectó instantes antes, lo que permitió al campeón retener su cinturón por decisión técnica.
Un médico en ringside recomendó detener el combate apenas un segundo después de comenzar el octavo asalto, debido al sangrado constante del mexicano. Los jueces Pat Russell (78-75), Lou Moret (77-76) y Fernando Villarreal (77-76) tenían a Navarrete arriba en las tarjetas en ese momento.
Cada juez otorgó un 10-10 al octavo asalto, ya que no se había desarrollado lo suficiente cuando el árbitro Edward Collantes detuvo el evento estelar de ESPN, con prácticamente cinco asaltos aún por disputarse.
Suárez (18-1, 10 KOs), retador obligatorio y desconocido para muchos fanáticos estadounidenses, no solo se ganó el respeto del público, sino también el del propio Navarrete (40-2-1, 32 KOs), un campeón en tres divisiones que no logró imponer su experiencia ante un rival valiente y poco probado.
Navarrete, de 30 años, sumó su segunda defensa exitosa del título mundial en las 130 libras. Sin embargo, la dura batalla contra el filipino y los problemas que tuvo para dar el peso podrían obligarlo a volver a las 135 libras. En mayo de 2024, en ese mismo escenario, cayó por decisión en 12 asaltos ante el ucraniano Denys Berinchyk por el título mundial ligero de la OMB.
Suárez, de 36 años, sufrió su primera derrota como profesional y se quedó corto en su intento por convertirse en el próximo campeón mundial filipino. Antes de viajar a Estados Unidos, reveló a
The Ring que había recibido el consejo del legendario Manny Pacquiao. De haber ganado, también habría sido ascendido en su cargo dentro del ejército filipino.
El séptimo asalto fue el punto álgido de su ofensiva. Navarrete sangraba profusamente mientras Suárez atacaba con todo en esos frenéticos tres minutos. Intentó definir, pero Navarrete logró llegar a su esquina.
El corte que determinó el final del combate se produjo oficialmente en el sexto asalto, a raíz de un choque accidental de cabezas a los 10 segundos. La comisión lo catalogó como tal, aunque repeticiones de ESPN mostraron ángulos que dejaron margen para la duda.
Consciente de que podría no resistir otros seis asaltos con ese corte, Navarrete apretó el paso, buscando una definición prematura. Un gancho al cuerpo hizo retroceder a Suárez en los últimos 20 segundos del sexto round. El filipino respondió con una derecha al rostro del campeón, que absorbió el golpe justo antes del final.
Suárez mostró señales de fatiga en el cuarto asalto. Un golpe al cuerpo de Navarrete lo hizo aferrarse brevemente, aunque logró responder con una derecha sólida a falta de 1:15. Luego se cambió a guardia zurda y conectó una potente izquierda.
En el quinto, Suárez lanzó combinaciones de poder, pero sin la precisión del campeón, quien lo castigó con varias derechas en el último minuto.
Ambos boxeadores se enfrascaron en intercambios constantes durante un entretenido tercer asalto. En el segundo, Suárez golpeó en la parte trasera de la cabeza de Navarrete, lo que provocó una breve interrupción. Luego, volvieron a intercambiar con potencia en el cierre del round.
Navarrete comenzó fuerte en el primer asalto, conectando una derecha que hizo tambalear a Suárez justo al minuto. Otra derecha, esta vez descendente, lo dobló de piernas a falta de 40 segundos.
Keith Idec es redactor senior y columnista de The Ring. Lo puedes seguir en X: @idecboxing