GLASGOW, Escocia — En una historia de dos mitades, la inagotable resistencia de
Ekow Essuman y su incansable volumen de golpes fueron suficientes para silenciar a una multitud eufórica, arruinando el regreso de Josh Taylor a casa y dejando al excampeón con muchas preguntas por responder.
Essuman (22-1, 8 KOs), tras ser alzado en hombros en medio de la celebración, recordó sus sesiones de sparring con Taylor en el equipo nacional británico, convencido de haber hecho más que lo necesario para llevarse la victoria. Taylor (19-3, 13 KOs), visiblemente frustrado, negó con la cabeza y protestó hacia la multitud del lado opuesto del cuadrilátero, pero esta vez no hubo polémica: fue una derrota clara.
Esta semana se cumplen cuatro años de su consagración como campeón indiscutido del peso superligero con su victoria sobre José Carlos Ramírez en Las Vegas, cuando el mundo aún lidiaba con las secuelas de la pandemia. Desde entonces, Taylor solo ha peleado cuatro veces y su récord en ese lapso es de 1-3, y en la práctica, su declive parece incluso más severo.
Es fácil, en noches como esta, enfocar todo en el perdedor: lo que no hizo bien, por qué perdió, qué le faltó. Taylor se vio rígido por momentos, con una defensa más vulnerable, un movimiento menos fino. Essuman reconoció estos factores tras lograr la mejor victoria de su carrera.
"Yo simplemente era el rival equivocado para su debut en 147," declaró a
The Ring en un vestuario lleno de euforia tras el combate.
"Me doy un B+, el motor estuvo encendido a tope, aunque mi otro alter ego —‘The Spectre’— no apareció del todo. Fue una pelea dura, lo esperaba. Él comenzó muy rápido, le dejé mostrar algunos de sus trucos para ver cómo se movía. Tuvimos muy buen sparring para emular su estilo y sabía cómo neutralizar su mejor boxeo."
Essuman, quien hizo sparring con Jack
Catterall (30-2, 13 KOs) —viejo rival de Taylor— entre otros, mantuvo una confianza serena durante toda la previa y rechazó otras ofertas, incluido un evento en su ciudad natal, Nottingham, el 10 de mayo, para aprovechar esta gran oportunidad.
La victoria tuvo aún más mérito considerando que sufrió lo que parece ser una fractura de costilla en el séptimo asalto, en medio de un duelo táctico entre viejos conocidos.
Ahora, reafirma su deseo de disputar un título mundial en peso wélter. El año pasado ya intentó, sin éxito, enfrentar a Jaron Ennis (34-0, 30 KOs, 1 NC), cuando el estadounidense solo ostentaba el cinturón de la FIB. Actualmente clasificado número 4 por la OMB, y flamante campeón Global de ese organismo, Essuman estará muy atento al combate del 19 de junio en Japón, donde
Brian Norman Jr. (27-0, 21 KOs, 2 NC) defenderá su título mundial ante Jin Sasaki (19-1-1, 17 KOs), número 2 del ranking.
El nocaut de
Ennis sobre Eimantas Stanionis el mes pasado —sumando así los títulos de la AMB y The Ring— reconfigura la división, mientras las aspiraciones de Taylor como campeón en dos categorías se desvanecen rápidamente.
"Tiene buena pegada, pero apenas acaba de subir al peso wélter, necesita desarrollar esa potencia. El cansancio en los últimos asaltos lo terminó condenando," dijo Essuman.
Desde la esquina, su entrenador Barrington Brown no paró de gritar instrucciones, asegurándose de que Essuman no le diera respiro a Taylor ni lo dejara encontrar ritmo.
Cuando le preguntaron cómo logra mantener esa intensidad y romper voluntades en los últimos rounds, Essuman y todo el vestuario estallaron en risas.
"Simple: me levanto, como, entreno duro, duermo y repito. Juego con mis hijos, hablo con mi esposa, y vuelvo al trabajo duro. Mi entrenador es como mi hermano mayor. Me dijo hace más de 16 años, cuando era amateur: 'Si firmas conmigo, te haré campeón'… y aquí estamos."