Deontay Wilder recuerda los días en que los pesos pesados tenían miedo de decir su nombre. Pero incluso cuando estaba en la cima de su carrera y mandando cráneos volando al público,
Jarrell “Big Baby” Miller siempre quiso una parte de él.
La mayor parte del ruido surgió cuando Wilder era campeón mundial de peso pesado del CMB. Sin embargo, desde febrero de 2020, Wilder está sin cinturón. Aun así, eso no ha impedido que Miller lo siga desafiando.
Todo eso continuó tras
la reciente victoria por nocaut de Wilder sobre Tyrrell Herndon. Fue una victoria que el excampeón necesitaba, pero que no impresionó en absoluto a Miller.
En general, Wilder (44-4-1, 43 nocauts) cree que tiene peces más grandes que freír. La victoria sobre Herndon puso fin a una racha de dos derrotas consecutivas. Ahora espera poder enfrentar a boxeadores como
Oleksandr Usyk,
Daniel Dubois o, por supuesto,
Anthony Joshua.Desde el punto de vista del orgullo, Wilder está dispuesto a pelear con Miller. Si la pelea llega a concretarse, solo espera que el hablador neoyorquino haya resuelto algunos asuntos financieros personales de antemano.
"Si esa pelea se le da, espero que ya haya pagado su entierro," dijo Wilder a TMZ Sports.
Wilder podría ser su oponente preferido, pero todo indica que Miller enfrentará a otro. Como informó primero The Ring, Miller podría ser emparejado con Jared Anderson, quien, irónicamente, también comparte el mismo apodo que Miller.
Las conversaciones para una pelea con Wilder solo tendrán lugar si Miller consigue una victoria por su cuenta. El ruidoso y fanfarrón contendiente no ha ganado una pelea desde principios de 2023, perdiendo ante Dubois a finales de ese año antes de empatar por decisión mayoritaria contra Andy Ruiz Jr. en agosto de 2024.
Gane o no Miller (26-1-2, 22 nocauts) su posible combate contra Anderson, Wilder ya ha escuchado suficiente de él. Pero la única forma de hacerlo callar es subir al ring con él, algo que Wilder espera que ocurra.
“No puedo esperar.”