La perfección es deseable. En el boxeo, es casi imposible.

Existen excepciones, como Rocky Marciano, Floyd Mayweather Jr., Ricardo López, Joe Calzaghe, Andre Ward y unos pocos más. Pero en la mayoría de los casos, si compites el tiempo suficiente en este deporte, vas a perder.

Daniel "Chucky" Barrera no tenía que estar de acuerdo con esa realidad, pero sí la aceptaba. Cuando ocurrió en febrero, al caer por decisión mayoritaria ante Cristopher Ríos, no lo sumió en un abismo oscuro... solo en uno muy caluroso. Sacudió la derrota, volvió al gimnasio en Arizona —donde la semana pasada la temperatura alcanzó los 114 grados Fahrenheit— y se puso manos a la obra para preparar su combate del sábado frente a Basilio Franco.

No es fácil en muchos sentidos, pero es el precio que hay que pagar.

“Muero de ganas de volver a casa y ver a mi familia”, confesó el púgil de 23 años oriundo de Eastvale, California. “Pero en este deporte hay que hacer lo que se tiene que hacer.”

Eso implica aceptar lo bueno y lo malo, construir sobre lo positivo y aprender de los tropiezos. En sus primeras nueve peleas como profesional, todo había sido casi perfecto, salvo un empate en su segunda presentación. Barrera había construido una base sólida de fanáticos, mantenía su invicto y parecía avanzar a toda marcha dentro de la división supermosca.

Entonces llegó el 21 de febrero. Un mal día. No fue algo traumático ni que marcara un antes y un después en su carrera, pero sí fue un resultado que ajustó ligeramente sus planes. Lo importante es que supo manejarlo con madurez.

“Sabía que la derrota iba a llegar en algún momento, simplemente porque esto es boxeo”, reconoció Barrera. “Si estás intentando medirte con los mejores de tu división y escalar posiciones, es normal tener peleas cerradas o incluso que no salgan como esperas, y no tengo problema con eso. Una derrota es una derrota, no define quién eres. Muchos campeones del pasado tenían cuatro o cinco derrotas y aun así fueron múltiples veces campeones mundiales. Así que es lo que es. Definitivamente sentí que tuve una mala noche, no fue ni de cerca mi mejor actuación, pero felicidades a Ríos. Él fue el primero en darme una lección, y espero que esta vez podamos hacerlo bien, tener un buen campamento y volver a enfrentarlo.”

Eso es mentalidad de peleador, en el mejor sentido posible. Barrera quiere su revancha con Ríos, y no por resentimiento, sino porque eso es lo que hacen los verdaderos boxeadores. Shane Mosley, aquel talentoso campeón ligero de Pomona, alguna vez dijo que sabía que había alguien allá afuera que eventualmente lo vencería.

Tenía razón. Ahora es el turno de Barrera de enfrentar esa realidad y seguir adelante.

“Muchos boxeadores creen que no pueden perder, y cuando pierden, los fanáticos cambian con ellos”, dijo. “Ya no te valoran igual que cuando estabas ganando. Pero esto es un deporte. Es lo que es. Solo tienes que entrenar duro, poner tu mente en orden, estar en el campamento adecuado y demostrar que esa derrota no fue gran cosa, que aún estás en camino a convertirte en campeón del mundo.”

Ahí está Barrera hoy. Algunos pierden por primera vez y se tambalean. Él no es de esos. Ha estado enfrentando buena competencia en combates parejos, y en ese contexto, no siempre se puede salir con la victoria. Pero con ese sabor amargo aún presente, está haciendo todo lo posible para que no vuelva a suceder… ni este sábado, ni pronto. No se trata solo de lo físico. Es una cuestión de mentalidad.

“Siento que ahora se me quitó la presión, porque estoy dispuesto a asumir más riesgos”, afirmó. “Cuando tienes ese ‘0’ en tu récord, no quieres tomar ciertos riesgos o probar cosas nuevas. Eso te vuelve un peleador más precavido. Peleas para ganar, pero también peleas para no perder. Tiene sentido que muchos regresen más fuertes después de una derrota. En cierto modo, fue una bendición. Soy muy exigente conmigo mismo en mis actuaciones. Me esfuerzo por hacerlo siempre lo mejor posible, y si no rindo al nivel que quiero, me analizo, busco el porqué y trabajo duro para volver a donde debo estar. Esta pelea, después de perder, definitivamente me hizo más hambriento, más enfocado y más asesino en este campamento.”

¿Y saldrán sus fanáticos en masa al Chumash Casino con sus muñecos de Chucky para apoyar al nuevo “Chucky asesino” del ring?

“Sí, deberían”, respondió riendo. “Definitivamente.”