LAS VEGAS – Una de las pocas cosas que sorprendió a
Terence Crawford sobre Saúl “
Canelo” Álvarez fue que el excampeón indiscutido del peso supermediano no pegaba tan fuerte como él esperaba.
Crawford determinó, después de ir 12 asaltos con Álvarez, que la estrella mexicana no fue el pegador más poderoso al que se ha enfrentado en sus 42 combates profesionales. Ese reconocimiento, según él, pertenece a
Egidijus Kavaliauskas.
«Me han pegado más duro», dijo Crawford en su conferencia de prensa posterior a la pelea del sábado por la noche. «En una pelea de verdad… ‘Mean Machine’ [Kavaliauskas] me golpeó más fuerte que Canelo, siendo honesto».
El lituano Kavaliauskas estremeció a Crawford con una derecha en el tercer asalto de su combate por el título wélter de la OMB en diciembre de 2019 en el Madison Square Garden.
Ese golpe debió haber causado lo que aún sería la única caída sufrida en la carrera profesional de 17 años de Crawford. Su rodilla izquierda tocó la lona dos segundos después de recibir ese derechazo, pero el árbitro Ricky González dictaminó que Crawford no había caído a consecuencia del impacto.
De cualquier modo, Crawford se recuperó rápido, derribó tres veces a Kavaliauskas y lo detuvo por nocaut técnico en el noveno asalto.
El campeón de cinco divisiones, oriundo de Omaha, Nebraska, no derribó a Álvarez, quien nunca ha visitado la lona. Tampoco recibió golpes que lo pusieran en aprietos, camino
a una victoria por decisión unánime en un abarrotado Allegiant Stadium.
«No pegó tan fuerte como pensé que lo haría», declaró Crawford en el programa posterior de Netflix. «Es técnico, sin duda, pero, ya sabes, me han pegado más duro».
Álvarez (63-3-2, 39 KOs) es un supermediano natural que en su momento presumía un alto porcentaje de nocauts. Sin embargo, el tetracampeón no produce una detención desde hace casi cuatro años y ha recorrido la ruta completa de 12 asaltos en cada una de sus últimas ocho peleas.
Crawford (42-0, 31 KOs) está convencido de que Álvarez fue consciente del poder que él lleva consigo en su debut en el límite de las 168 libras. Aun así, la sólida mandíbula del mexicano evitó que pudiera lastimarlo de verdad, y el estadounidense se impuso por decisión unánime con tarjetas de 116-112 (Steve Weisfeld), 115-113 (Max De Luca) y 115-113 (Tim Cheatham).
La frustración de Álvarez fue evidente al fallar una y otra vez en tomar el control de una pelea frente a un rival supuestamente más pequeño.
«Creo que trataba de ser competitivo», dijo Crawford, «pero respetaba mi pegada, respetaba mis recursos boxísticos y ese tipo de cosas. Y pienso que lo que más lo frustraba era que todos sus golpes grandes yo los estaba bloqueando, capturando y contraatacando. Eso fue, creo, un factor enorme en por qué estaba tan frustrado».
Keith Idec es redactor senior y columnista de The Ring. Puede ser contactado en X @idecboxing.