Jesse Rodríguez se encuentra en una situación delicada, contando los pollos antes de que nazcan.

El campeón supermosca del CMB y The Ring (21-0, 14 nocauts) tiene una pelea de unificación de títulos este sábado ante el monarca de la OMB, Phumelela Cafu (11-0-3, 8 nocauts), en el Ford Center at The Star en Frisco, Texas, encabezando una cartelera de Matchroom Boxing transmitida por DAZN.

Pero antes de siquiera vencer a Cafu, el audaz “asesino de cara de niño” ya ha acordado una pelea por el título indiscutido ante el campeón de la AMB y la FIB, Fernando “Puma” Martínez, programada para el 22 de noviembre en Riad, Arabia Saudita, como parte de una cartelera estelar que incluirá también el combate entre David Benavídez y Anthony Yarde.

Según DraftKings, Rodríguez es favorito con una línea de -3000 para vencer a Cafu.

«No sé mucho sobre él, sinceramente, pero sé que fue a Japón y logró esa gran victoria ante Kosei Tanaka en octubre para ganar el título», dijo Rodríguez a The Ring. «Sé que llegará motivado para hacer lo mismo conmigo en Texas. Sé que tengo mucho en juego. Yo soy quien tiene todo que perder. Cafu no tiene nada que perder y todo por ganar. Eso me motiva a asegurarme de que eso no pase. Mantengo el hambre con esa mentalidad.»

Rodríguez ha tenido un ascenso meteórico en los últimos tres años. Actualmente ocupa el puesto número 7 en el ranking libra por libra de The Ring, después de vencer a Juan Francisco Estrada, Sunny Edwards, Srisaket Sor Rungvisai y Carlos Cuadras para convertirse en campeón mundial en dos divisiones.

«Tengo que salir y dominar a otro campeón mundial como Cafu para seguir escalando en la clasificación libra por libra», dijo Rodríguez. «Mi mano será levantada al final de la noche.»

Rodríguez, un joven de 25 años oriundo de San Antonio, Texas, mantiene cerca a su familia mientras entrena con el actual Entrenador del Año, Robert García, en el sur de California. Mientras que la mayoría de los boxeadores se preparan aislados, lejos de casa, Rodríguez valora tener a su novia embarazada y a su hija de un año con él durante el campamento.

«Me gusta tenerlas cerca, me siento como en casa», dijo Rodríguez, quien espera un niño en noviembre.

«Quizás para otros sea estresante, pero para mí es relajante y me mantiene tranquilo. Mi novia es una gran compañera y me ayuda mucho, tanto mental como físicamente. Soy afortunado de tenerlas conmigo. Cuando empecé este campamento, mi hija comenzó a caminar en la primera semana. Me lo habría perdido si estuviera en casa, y me habría sentido mal conmigo mismo por siempre. Esa es otra razón por la que las traigo conmigo, para no perderme ningún momento importante.»

Ya sea dentro del ring o fuera de él, grandes hitos esperan al mexicano-estadounidense en lo que promete ser un 2025 trascendental.