Una vez que el cuerpo sin reacción de Edgar Berlanga tocó la lona por última vez el pasado sábado por la noche, se abrió una puerta hacia Canelo Álvarez.

Hamzah Sheeraz no dudó en atravesarla.

En el Louis Armstrong Stadium de Queens, Nueva York, Sheeraz arrolló a Berlanga en su debut en el peso supermediano. Aunque los tres primeros asaltos fueron muy competitivos y emocionantes como se esperaba, la mandíbula de Berlanga se quebró tras un violento derechazo en el cuarto round, lo que provocó dos caídas.

Salvado por la campana al final de ese asalto, ya no tuvo la misma suerte al comienzo del quinto, donde Sheeraz cerró el espectáculo de manera contundente en el combate estelar de Ring III.

Anthony Yarde, que observaba desde primera fila, saltó de alegría al ver a su compañero de establo en Queensberry Promotions y compatriota del este de Londres cumplir en el gran escenario. Ahora, confían en que el WBC mantenga su palabra —ya que había declarado el combate ante Berlanga como una eliminatoria oficial— y fuerce la mano de Canelo una vez concluya su próxima superpelea.

Sin embargo, aunque el organismo pudiera presionar a Álvarez para enfrentar a Sheeraz, Yarde considera que aún sería demasiado pronto.

“Creo que a Hamzah le faltan unas cuantas peleas más,” declaró Yarde a The Ring después de la pelea. “Entonces sí, diría que se meta allí con Canelo.”

Por ahora, un posible enfrentamiento Sheeraz-Canelo es lo último en la mente del campeón mexicano.

El próximo 13 de septiembre, en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, el campeón indiscutido del peso supermediano intentará defender sus títulos y ampliar aún más su legado frente al campeón mundial en cuatro divisiones, Terence Crawford.

Para muchos, Crawford será demasiado habilidoso y simplemente superior esa noche ante un Canelo que algunos consideran en declive, a pesar de tener tres años menos y ser menos activo en comparación.

Incluso si Canelo sale victorioso ante el oriundo de Omaha, varios críticos están convencidos de que Sheeraz posee todas las cualidades —físico, pegada y juventud— para resultar demasiado peligroso si se le concede una oportunidad el próximo año.

Yarde, sin embargo, mira alrededor y se pregunta: ¿dónde quedó el respeto? El día que Canelo cuelgue los guantes, su ingreso al Salón de la Fama será automático. Sus logros, su historial y mucho más deben ser valorados en su justa medida.

“Tenemos que respetar el nombre de Canelo. Canelo es un boxeador fenomenal e histórico.”