ANB ARENA, ARABIA SAUDITA -- Vergil Ortiz Jr mostró paciencia y la compostura necesaria para contener la metódica exhibición de Israil Madrimov, reteniendo su título mundial interino del WBC en el peso superwélter tras completar la distancia por segunda vez en seis meses.

117-111, 115-113, 115-113 fueron las puntuaciones en una contienda competitiva con un ganador justo al sonar la campana final.

Más tensa y táctica que una guerra sin cuartel, Ortiz Jr (23-0, 21 nocauts) tuvo que esperar su momento y evitar ser contragolpeado a voluntad contra un Madrimov móvil (10-2-1, 7 nocauts), esquivando y fintando mientras ambos mostraban destellos alentadores en los primeros asaltos.

Tras los contrastantes combates por títulos interinos que le precedieron, un ritmo más pausado pero calculado se sintió apropiado, considerando cómo el estilo de Ortiz puede meterlo en problemas, al igual que la reticencia de Madrimov a asumir riesgos. Ambos tenían hematomas alrededor de los ojos tras cuatro asaltos, el izquierdo del retador y el derecho del campeón, cuya guardia alta no disuadió al uzbeko de buscar la cabeza siempre que pudo.

Ortiz comenzó a hacer retroceder a Madrimov en el sexto, ya acostumbrado al estilo errático del retador y encontrando su ritmo. El árbitro Kieran McCann dio al uzbeko una severa advertencia tras un claro empujón con el hombro en respuesta a perder un intercambio.

Animado por esta acción ilegal como señal de frustración, el aumento en la cantidad de golpes de Ortiz continuó mientras Madrimov lucía fatigado al llegar a la segunda mitad de un combate de combustión lenta.

Ortiz conectó una buena combinación de dos golpes a un minuto del séptimo, mientras que los contragolpes de derecha por encima de Madrimov fueron parcialmente bloqueados, aunque eso no impidió que el equipo del excampeón mundial celebrara con entusiasmo.

Justo en ese momento, Madrimov respondió con ráfagas puntuables en el octavo, mientras la esquina de Ortiz se quejaba entre asaltos por su falta de variedad en los golpes, alternando entre ser agresivo con el jab y frustrantemente pasivo.

Exactamente lo que le pedían llegó en el noveno. Golpes al cuerpo, uppercuts y presión obligaron a Madrimov a retroceder, y un derechazo envolvente junto con más trabajo contundente abajo pusieron en aprietos al retador en la esquina, escuchando la campana venir en su rescate.

Madrimov aumentó el ritmo en el décimo antes de ser advertido por juego brusco en la corta distancia. McCann emitió una advertencia final antes de que intercambiaran golpes de poder, con un uppercut feroz de Vergil atravesando la guardia poco después, antes de comenzar a usar su jab para preparar su derecha. Madrimov lanzó golpes salvajes pero falló por poco con algunos volados en un asalto en el que iba a la zaga.

El undécimo fue más frenético, con intercambios de ida y vuelta, aunque a estas alturas era cada vez más evidente que los intentos de Madrimov por atrapar a Ortiz en una posición para descargar sus golpes eran en vano en otro asalto competitivo.

Ambos conectaron golpes de poder en el último episodio, Madrimov recurriendo al clinch con demasiada frecuencia antes de conectar limpio al campeón con un uppercut que no vio venir justo antes de la mitad del asalto. En lugar de construir sobre ese momento de éxito, desperdició su trabajo y McCann le dio un nuevo respiro, con una advertencia adicional para evitar estropear un combate aparentemente cerrado.

Pero solo había un ganador, ya que Madrimov absorbió más golpes furtivos al cuerpo, evidenciando su desesperación.