Diez días atrás, Troy Williamson revitalizó su carrera al noquear dramáticamente a Mark Dickinson en los asaltos finales.

Ahora, el nuevo campeón inglés del peso supermediano se prepara para transformar esa victoria en una oportunidad frente al clasificado mundial Callum Simpson.

En marzo, el altamente valorado Dickinson firmó la mejor actuación de su carrera al superar por puntos al invicto Reece Farnhill. En contraste, Williamson, excampeón británico del peso superwélter, llegaba tras tres derrotas consecutivas.

En su primera pelea en las 168 libras, Williamson (21-4-1, 15 KOs) lució como un boxeador renacido. En lugar de preocuparse por el peso y desgastarse, el púgil de 34 años pudo concentrarse únicamente en la pelea. Se vio fuerte y cómodo en la nueva división, absorbió todo lo que Dickinson le lanzó y tuvo la potencia necesaria para decidir con un violento nocaut en el noveno asalto.

«Creo que es como si me hubiera quitado un peso enorme de los hombros. Mucha gente dudaba de mí y me había descartado basándose en mis últimas actuaciones», dijo a The Ring.

«Entiendo por qué. Estaba en mala racha y no rendía, pero era todo cuestión del peso. No estaba en la categoría correcta. Subí al supermediano, que creo que es mi división natural. Me siento fuerte, feliz y estoy rindiendo bien en el gimnasio.

Conseguí una victoria enorme que me devolvió directo a la mezcla con los grandes».

Todo indica que Williamson podría probarse contra uno de los mejores supermedianos británicos.

Tras verlo detener a Dickinson, el campeón británico, de la Commonwealth y de Europa, Callum Simpson, lo felicitó y le aseguró que merece una oportunidad por su cinturón británico.

Simpson (18-0, 13 KOs) se ha convertido en uno de los mayores vendedores de entradas del boxeo británico en los últimos 12 meses. En junio, unas 15,000 personas asistieron al Oakwell Stadium de Barnsley para verlo levantarse de dos caídas y detener al invicto italiano Ivan Zucco, llevándose así el cinturón europeo de la EBU.

Aunque ya se planifican nuevas veladas en el estadio, el frío y lluvioso invierno de Yorkshire no favorece los eventos al aire libre, por lo que Simpson y su equipo deberán trasladar su espectáculo bajo techo.

Simpson pelea bajo la promotora BOXXER. Su próxima aparición será antes de Navidad y marcará uno de los primeros eventos del nuevo acuerdo televisivo con la BBC. Por lógica, querrán un rival reconocible y agresivo como Williamson en la esquina contraria.

Williamson reconoció haber visto el mensaje de Simpson, aunque aún no recibió una oferta formal.

«No, no he tenido contacto. Dejo eso a mi entrenador, así que cuando llegue al gimnasio, espero que tenga alguna novedad», dijo.

«Me dijeron que esperara una llamada, así que tengo el móvil siempre en la mano y con el volumen alto.

Creo que será una gran pelea, una de las que le gustan a los fans. Es un combate enorme y con una plataforma enorme».

La idea de cruzar guantes con Simpson motiva a Williamson.

En sus derrotas frente a Josh Kelly, Caoimhin Agyarko y Jahi Tucker, pasó el tiempo persiguiendo sin poder plantar bien los pies ni generar ritmo. Simpson, en cambio, es todo lo opuesto: fuerte, resistente, con pegada y siempre dispuesto a intercambiar en corta.

La pelea con Dickinson demostró lo efectivo que puede ser Williamson cuando enfrenta a alguien que acepta combatir en la zona de fuego.

Si llega esa llamada, responderá con un “sí” y se preparará para una guerra similar.

«Creo que será muy, muy parecida: llena de acción y con un altísimo volumen de golpes», afirmó.

«Él lanza mucho, está en forma, avanza y yo hago lo mismo, así que esa noche habrá dos ganadores: los aficionados y yo.

No importa lo grande o lo duro que sea, ya ha demostrado que puede ser lastimado y derribado. Yo creo que puedo dañar a cualquiera con un golpe a la cabeza, al cuerpo o al mentón con estos guantes de 10 onzas en este peso.

Mi pegada se mantiene en los asaltos finales y cualquiera puede caer».