Las cosas cambian muy rápido en el boxeo. En un segundo, puedes pasar de ser temido y universalmente respetado a ser un boxeador en busca desesperada de una victoria. Ese es el camino en el que se encuentra Tim Tszyu actualmente, pero nunca se suponía que llegara a este punto.

Su derrota ante Sebastian Fundora en la primera mitad de 2024 fue comprensible. Un accidente inesperado provocó que Tszyu sangrara profusamente desde la parte superior de su cabeza. Sin embargo, la paliza desproporcionada que recibió a manos de Bakhram Murtazaliev inmediatamente después fue impactante.

Dos derrotas consecutivas son difíciles de aceptar para Tszyu, pero una tercera sería el golpe definitivo. Eso podría suceder en las próximas semanas cuando Tszyu (24-2, 17 nocauts) enfrente a Joseph Spencer el 6 de abril.

Sobre el papel, Tszyu ha tenido combates mucho más memorables. Su enfrentamiento contra Terrell Gausha demostró su corazón, y su pelea contra Tony Harrison fue prácticamente su presentación en la élite. Dicho esto, ninguna de esas peleas, ni ninguna de sus anteriores 24, se acerca en importancia a esta.

“Esta es la pelea más importante de mi vida”, admitió Tszyu a varios reporteros. “Hay mucho en juego”.

Una derrota empujaría a Tszyu al abismo, un lugar del que tal vez nunca vuelva a salir. Una victoria, en cambio, podría devolverlo a la contienda por peleas de alto perfil. Keith Thurman, una revancha contra Fundora o Murtazaliev, todas serían posibilidades.

A medida que se acerca su combate contra Spencer, Tszyu intenta apoyarse en su experiencia previa. Sin embargo, incluso con varias peleas por títulos en su historial, el excampeón de la OMB tiene dificultades para aferrarse a esos recuerdos. En el fondo, sabe que si las cosas no salen bien, su carrera podría estar terminada.

“Esta se siente un poco diferente”.