Perder peso nunca es tarea fácil para ningún boxeador de peso ligero, pero para el exretador al título mundial
Frank Martin, parecía que el sacrificio era el doble.
A sus 30 años, Martin tiene la complexión de un pequeño tanque. Sin embargo, para marcar el límite de las 135 libras, se ve obligado a reducir su masa muscular. En general, ha encontrado la manera de cumplir con la báscula, pero a medida que ha envejecido y ganado fuerza, el proceso se ha vuelto cada vez más complicado.
En su última aparición sobre el ring, hace doce meses, frente a
Gervonta Davis, Martin esperaba haber superado definitivamente sus problemas con el corte de peso. Davis no solo representaba el mayor nombre al que se había enfrentado como profesional, sino también el pegador más peligroso. Era imprescindible llegar en las mejores condiciones posibles y sin limitaciones físicas si quería mantener su invicto.
Lamentablemente para él, no fue así. Martin (18-1, 12 KOs) ofreció una buena actuación, especialmente en los primeros asaltos, pero con el paso del tiempo, su cuerpo comenzó a resentirse. El desgaste fue evidente y, a medida que los minutos avanzaban, la energía simplemente lo abandonó. En el octavo asalto, sufrió un fulminante nocaut, el primero de su carrera profesional.
Desde entonces, Martin ha mantenido un perfil bajo. Mientras trabaja para dejar atrás aquella noche amarga, el oriundo de Detroit reveló recientemente qué fue lo que realmente salió mal.
“Tengo mucho músculo, eso todo el mundo lo sabe”, confesó Martin en una entrevista con FightHype.com. “Siento que mis dos últimos cortes de peso fueron muy duros para mí. En mi última pelea, mis piernas comenzaron a cansarse probablemente en el quinto asalto. Sentí como si mi cuerpo se apagara.”
Después de un año alejado de los cuadriláteros, Martin desea volver con actividad regular, aunque aún no tiene oponente confirmado ni fecha de regreso. Lo que sí tiene claro es que su próxima etapa no será en las 135, sino una categoría arriba, donde piensa dejar huella.
“Voy a causar estragos en las 140”, afirmó con una sonrisa desafiante. “El que quiera, que venga por ello.”