Stephen Fulton se mantuvo tranquilo, aunque sabía que le esperaba una noche larga.

El pasado sábado por la noche, en la T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada, Fulton (23-1, 8 KOs) se paró frente a Brandon Figueroa. Aunque ya había ganado la primera vez en 2021, muchos lo veían como un boxeador en declive. Naoya Inoue no solo detuvo a Fulton en 2023, sino que muchos estaban convencidos de que había quebrado su espíritu. Esa lógica parecía razonable después de que Fulton tuviera una actuación inestable contra Carlos Castro.

Aun así, a pesar de ser considerado un claro no favorito, Fulton hizo que pareciera fácil, ganando por decisión amplia.

Antes de su revancha, Fulton recordó cómo se desarrolló su primer enfrentamiento. Figueroa (25-2-1, 19 KOs) fue agresivo, implacable y persistente. Esta vez, en cambio, lució apático, sin energía y peleó como un hombre sin un plan.

Cuando Fulton se colocó su recién conquistado título de las 126 libras alrededor de la cintura, se tomó un momento para reflexionar sobre su dominante victoria. Tras hacerlo, incluso él admitió que vencer a Figueroa por segunda vez fue más fácil de lo que esperaba.

“Siento que dominé más que la primera vez porque él no peleó como lo hace normalmente”, explicó Fulton a YSM Sports Media. “Creo que no debería haber cambiado eso.”

En varios momentos, Figueroa, quien pelea normalmente en guardia ortodoxa, peleó como zurdo. Aunque intentó desconcertar a Fulton, su estrategia resultó incoherente y terminó llevándolo a la derrota.

Al final, Fulton nunca estuvo realmente preocupado por la presión constante por la que Figueroa es conocido. Estaba seguro de que saldría del ring con la victoria. Dicho esto, las cosas no habrían sido tan favorables para él si su viejo rival simplemente hubiera salido a pelear como lo hace normalmente.

“Habría tenido más éxito si simplemente peleaba de su manera habitual.”