Si le preguntas a la mayoría de los observadores que no tienen vínculos con Stephen Fulton, te dirán que se vio espectacular.
El mes pasado, el excampeón unificado de las 122 libras se convirtió en campeón de dos divisiones. Su víctima, Brandon Figueroa, no tuvo respuestas y perdió por una amplia decisión unánime.
Esa noche, todo le salió bien. Los jabs, los rectos de derecha, los ganchos al cuerpo, el trabajo en la corta distancia… todo fue llamativo. Pero mientras todos lo elogian, el único que no se da una palmada en la espalda es el propio Fulton.
"Como un B-", dijo Fulton a YSM Sports Media cuando le preguntaron qué calificación le daría a su actuación.
Al repasar la pelea, Fulton reconoce que hubo ciertos momentos en los que pudo haber sido más activo. A medida que sigue analizando sus errores, está convencido de que si hubiese incrementado un poco más su ritmo, su victoria por puntos podría haberse convertido en un nocaut espectacular.
"Podría haber combinado más mis golpes y haberlo detenido."
Antes de volver a encaminar su carrera, Fulton (23-1, 8 nocauts) fue prácticamente descartado tras su dura derrota ante Naoya Inoue. Los críticos lo destrozaron y, aunque al principio le molestó, con el tiempo aprendió a no darle importancia.
Veía a sus detractores hablar, pero al taparse los oídos, no escuchaba nada. Hasta cierto punto, ha notado que las críticas han disminuido. Siempre habrá quienes tengan algo que decir, pero ya no le preocupa.
No solo ha desarrollado una piel gruesa para lidiar con las críticas, sino que ha comprendido que, sin importar lo que digan los demás, su mayor crítico siempre será él mismo.
"Respondí algunas dudas, pero podría haber respondido más", continuó Fulton. "Esa es solo mi propia autocrítica. Soy mi peor crítico".