Cuatro meses después de
firmar contrato con GBM, el campeón europeo WBO del peso superligero,
Sean McComb, tiene ya confirmado un combate estelar en la Canon Medical Arena de Sheffield.
Al zurdo norirlandés de 32 años se le promete una oportunidad de disputar un título mundial, siempre y cuando supere su próximo reto frente al invicto galés
Ben Crocker (14-0-1, 2 KOs).
La campeona británica y de la Commonwealth del peso supergallo,
Tysie Gallagher, pondrá fin a un año de inactividad enfrentando a Ellie Hellewell en el combate de semifondo de la noche, mientras que el prospecto neerlandés del peso semipesado, Gradus Kraus (7-0, 7 KOs), buscará continuar con su ascenso.
En el comunicado oficial de GBM, se indicó que el ganador entrará en el top 10 del ranking superligero de la IBF. Tanto Crocker como McComb, que actualmente no figuran en el top 15 de los cuatro organismos principales, podrían haber recibido garantías en ese sentido.
McComb, que sufrió una controvertida derrota por puntos a 10 asaltos ante
Arnold Barboza Jr en abril de 2024, sacudió el óxido del ring con una victoria por decisión en seis asaltos contra el argentino Alexis Nahuel Torres el pasado 28 de junio en Hull.
El púgil de Belfast ve un “camino claro” hacia el cinturón IBF de las 140 libras, citando una victoria amateur sobre el actual No. 3 del ranking,
Lindolfo Delgado, como algo que podría capitalizar en una revancha profesional en una eliminatoria.
Ese triunfo llegó en octubre de 2015 durante la primera ronda del Campeonato Mundial AIBA en peso ligero. McComb cayó en octavos de final, mientras que Delgado disputó nueve combates amateurs más —incluyendo su participación en los Juegos Olímpicos de Río al verano siguiente— antes de debutar como profesional en 2017 en la división inmediatamente superior.
La semana pasada, la IBF ordenó que Delgado enfrente a su compatriota mexicano
Gabriel Gollaz Valenzuela (31-4-1, 17 KOs) para determinar al retador obligatorio del campeón Hitchins. No obstante, McComb mantiene la esperanza en lo que el futuro le pueda deparar después de un combate atractivo para los aficionados.
«Me gusta lo que he visto de él [Crocker]: es un zurdo alto, con buen alcance, que le gusta terminar último en cada intercambio. Es un buen estilo, pero sabré descifrarlo y conseguir la victoria. Creo que nuestros estilos se complementan para dar una buena pelea al público y, además, es muy importante para mi carrera», declaró McComb.
Crocker, por su parte, no oculta el valor que tendría sumar a McComb a su lista de víctimas.
«Sean es un gran boxeador, un zurdo escurridizo, complicado, y sin duda de nivel mundial, así que esta es una pelea enorme para mí. Ganarle me abrirá muchas puertas, me impulsará a peleas más grandes y más oportunidades. Tengo la mirada en el objetivo, voy a entrar ahí y hacer el trabajo, así de simple».