El excampeón wélter Roiman Villa está listo para dejar atrás dos derrotas consecutivas en peleas de alto perfil y reinventarse en el peso superwélter, cuando enfrente a Francisco Veron.

Este viernes por la noche, ambos se medirán en el evento principal de ProBox en el War Memorial Auditorium de Fort Lauderdale, marcando el final de un difícil período de dos años para el colombiano nacido en Venezuela.

«Ese periodo fue el momento más duro de mi carrera», dijo Villa a The Ring.

«Soy un peleador valiente: quiero a los mejores y no le temo a nadie. Por eso acepté la pelea con [Jaron] Boots [Ennis]. Él es un peleador de élite y esa noche hizo su trabajo».

«El público no vio la batalla que tuve que pelear antes de subirme al ring. La pelea [con Ricardo Salas] estaba programada inicialmente para una fecha anterior, y al intentar marcar 147 para esa primera fecha, mi cuerpo colapsó. Me enfermé y después sufrí episodios de ansiedad que nunca había experimentado.

»Cuando reprogramaron la pelea, no estaba recuperado mental ni físicamente. No es una excusa, es la realidad. Subí al ring, pero no era yo mismo. Esas dos noches me hicieron más humilde, pero no me quebraron. Aprendí de las derrotas y sigo sin temerle a nadie».

Villa (27-3, 25 KOs) presionó el botón de reinicio en su carrera y logró un nocaut técnico en el cuarto asalto sobre Alexander Durán en Ciudad de Panamá el pasado 17 de enero.

«Necesitaba sentir ese fuego otra vez, demostrarme que el guerrero dentro de mí seguía vivo», explicó. «No era solo obtener la victoria; era recuperar mi identidad, mi ritmo y mi confianza.

»Ahora que estoy de regreso en la columna de victorias, mi mentalidad está afilada y mi hambre es mayor que nunca. Esa pelea me recordó quién soy… y lo que soy capaz de hacerle a cualquiera que se ponga delante de mí».

Dado sus dificultades para marcar el peso wélter, no sorprende que ahora compita en superwélter.

«Las 147 libras estaban destruyendo mi cuerpo», afirmó. «En las 154 ya no me estoy forzando al límite. Estoy entrando fuerte, peligroso y con malas intenciones. Me siento renacido en este peso, y cualquiera en esta división que se ponga frente a mí va a sentir la diferencia».

Tras quitarse el óxido del ring a comienzos de este año, ahora está listo para enfrentar a Veron, quien viene de una impresionante victoria ante el veterano Vladimir Hernández en julio.

Este combate debería ofrecer respuestas sobre dónde está Villa y qué puede hacer en su nuevo peso.

«Verón es un rival fuerte y seguro de sí mismo, respeto lo que trae, pero no le tengo miedo a nadie», dijo Villa. «Creo que Dios pone las batallas correctas frente a nosotros, y esta es una para la que estoy completamente preparado. Estoy entrenando con disciplina, propósito y convicción, y sé que cuando estoy enfocado, puedo vencer a cualquiera en esta división.

»Verón es un desafío sólido, pero vengo a ganar y a enviar un mensaje en las 154. Esto forma parte de mi misión y estoy listo para demostrarlo».

Su mánager, Alejandro Torres, quien lo ha guiado desde 2018, asegura que, pese a las derrotas, confía plenamente en que Villa puede hacer ruido en la división.

«Incluso después de los tropiezos más duros, él no huyó, no se escondió: se levantó más fuerte, más hambriento y más decidido a convertirse en campeón mundial», dijo Torres. «Eso es lo que separa a los verdaderos guerreros en este deporte.

»Aprendimos de nuestros errores —como peleador y como equipo—. Esos momentos nos obligaron a evolucionar, a madurar y a volver a comprometernos con la misión. Agradecemos a Dios por darnos la fuerza, la claridad y la oportunidad de escribir un nuevo capítulo. Ahora, en las 154, con una mente renovada y un cuerpo más sano, estamos listos para mostrarle al mundo quién es realmente Roiman Villa. Esta es una nueva oportunidad, y planeamos aprovecharla al máximo».

Veron (15-1-1, 10 KOs) debutó profesionalmente en su natal Argentina en noviembre de 2020. Tras cuatro victorias en casa, peleó dos veces en México y también se presentó en Dubái mientras ascendía en el ranking.

El argentino de 26 años logró un empate a ocho asaltos ante el prometedor Jahi Tucker antes de perder por decisión en 10 rounds frente a Brandon Adams, para después recuperarse con una victoria sobre Hernández.