La autoconfianza siempre ha corrido por las venas de Richardson Hitchins.
El oriundo de Brooklyn sabe hablar con convicción, pero también entendía que, para ganarse el respeto, debía respaldar sus palabras con hechos. Hasta ahora, eso es exactamente lo que ha logrado.
Cuando enfrentó a John Bauza, muchos pensaban que el invicto puertorriqueño le pondría en aprietos.
No fue así.
Posteriormente, cuando se midió al entonces bien valorado José Zepeda, se esperaba que Hitchins tuviera que exigirse al máximo.
Tampoco ocurrió.
Incluso cuando recientemente disputó su primer título mundial ante Liam Paro, varios creían que su racha terminaría.
No fue el caso.
Ahora, mientras se relaja en su lujosa residencia, con su recién adquirido título mundial FIB del peso superligero a su lado, Hitchins (19-0, 7 KOs) comienza a darse cuenta de algo importante:
“Estos tipos de verdad son unos paquetes,” dijo entre risas a YSM Sports Media.
Según el propio Hitchins, su próxima defensa será en casa, en Nueva York, en junio, frente al australiano George Kambosos, ex campeón mundial unificado del peso ligero que viene de una sólida victoria sobre Jake Wyllie. Sin embargo, Hitchins también lo considera un rival de menor nivel. O, en sus propias palabras, un "paquete".
Quienes conocen a Hitchins saben que su sentido del humor es constante, día y noche. A veces su estilo puede parecer sarcástico, pero detrás de su dureza, siempre hay un mensaje en el que realmente cree.
Aunque el peso superligero se percibe como una de las divisiones más profundas y peligrosas del boxeo actual, Hitchins está convencido de que, más allá del reconocimiento de nombres, es evidente quién es el verdadero líder.
“Cada vez me siento más y más cómodo en mi carrera,” continuó Hitchins.
“Me estoy dando cuenta de que estos tipos no están a mi nivel.”