Tras una tensa espera por las tarjetas, luego de un absorbente combate titular a 12 asaltos en la categoría mosca,
Ricardo Sandoval ofreció una actuación brillante y no bajó el ritmo —incluso después de visitar la lona en el cuarto round— para dar la sorpresa ante
Kenshiro Teraji en territorio hostil, y coronarse campeón unificado del mundo.
Los jueces Leszek Jankowiak (115-112) y Joseph Gwilt (117-110) puntuaron a favor de Sandoval, mientras que Pawel Kardyni vio ganar a Teraji 114-113. Así, los cinturones cambiaron de manos tras esta guerra, en una sorpresa que frustra las aspiraciones del talento libra por libra
japonés, quien soñaba con convertirse en campeón indiscutido antes de subir a las 115 libras en busca de Jesse ‘Bam’ Rodríguez.
El combate encabezó una cartelera triple de campeonatos mundiales transmitida
en directo por DAZN desde el Yokohama Buntai en Yokohama, Japón.
Sandoval arrancó con intensidad, sorprendiendo a muchos analistas que parecían haber dado por sentada la victoria de Teraji antes de que iniciara esta defensa unificada.
Frente a un retador decidido, con poco que perder y todo por ganar, Teraji absorbió los golpes más limpios en los primeros asaltos, aunque no tardó en involucrarse en intercambios en la corta distancia durante el tercer round, arrinconando al estadounidense con manos más potentes.
Sandoval no se intimidó ante el ímpetu del favorito local, manteniendo su jab activo y conectando ataques cada vez que encontraba la oportunidad.
Sería demasiado simplista decir que Teraji subestimó a su oponente: Sandoval lo superó en ritmo desde el inicio, enlazando combinaciones y forzando al campeón a esforzarse más de la cuenta.
Sin embargo, el poder de Teraji seguía siendo un factor. Justo cuando Sandoval estaba siendo elogiado por absorber los golpes, un preciso uno-dos —con el derechazo conectando limpio— lo envió a la lona. Fue un golpe que no vio venir.
Se levantó tras la cuenta del árbitro Steve St Germain, y logró recuperarse lo suficiente para retomar su resistencia, aunque eso bastó para que Teraji sintiera que tomaba el control.
El campeón avanzó con paciencia, motivado por su trabajo tras un inicio lento, al llegar al sexto asalto. Un potente uppercut de derecha en los segundos finales cerró un asalto dominante para Teraji, aunque Sandoval contraatacó bien arriba y abajo, aceptando el ritmo con valentía.
Sandoval respondió con un fuerte inicio del séptimo round, intercambiando al cuerpo y conectando una derecha que hizo retroceder a Teraji, mientras mantenían un ritmo frenético. En el octavo, ambos siguieron lanzando bombas, sin intención de ceder terreno.
Consciente de la importancia de cerrar fuerte, Teraji ajustó sus entradas tras recibir más derechas al rostro y cuerpo. Sandoval se desplazó con inteligencia en el noveno, manteniendo la distancia por largos tramos y castigando a Teraji con ataques certeros.
Para ese momento, la producción ofensiva del campeón era claramente más medida, y aunque seguía contragolpeando con precisión, el combate parecía nivelado tras nueve asaltos.
Teraji alcanzó a Sandoval con una gran derecha en el décimo, un golpe anímico considerando cómo venía la pelea, siendo superado por un rival más joven que solo creció en confianza tras caer a la lona.
"El Niño" alternaba guardias con fluidez y obtenía réditos de ello, antes de que llegara un undécimo round desgastante, donde ambos tuvieron momentos de éxito y soltaron combinaciones salvajes, con el público rugiendo ante la posibilidad de un cierre épico.
En un duodécimo asalto vibrante, ambos intercambiaron manos pesadas en el centro del ring. Sandoval se negó a dejar de lanzar golpes, aunque Teraji lo tambaleó tarde con varios derechazos consecutivos.
La campana final sonó justo a tiempo y Sandoval fue levantado sobre los hombros de uno de sus entrenadores en señal de victoria. Teraji, con el ojo derecho visiblemente hinchado, regresó a su esquina para recibir atención médica, agotado y con incertidumbre sobre lo que dirían las tarjetas.
Finalmente, Sandoval fue un justo vencedor.