Jack Catterall está deseando mostrar los resultados de dos meses de trabajo duro cuando boxee contra Ekow Essuman este fin de semana.

A principios de este año, el wélter tomó la difícil decisión de dejar atrás a su joven familia y a su entrenador de siempre, Jamie Moore, y cruzó el Atlántico para unirse a Derrick “Bozy” Ennis en su gimnasio de Filadelfia.

La nueva asociación comenzará este sábado por la noche en el Estadio Tottenham Hotspur de Londres. Catterall (31-2, 13 nocauts) boxeará contra Essuman (22-1, 8 nocauts) a 12 asaltos en la pelea previa de la revancha en el peso medio entre Chris Eubank y Conor Benn. El evento será transmitido por DAZN Pay-Per-View.

El excampeón mundial de 32 años espera que el traslado a Estados Unidos revitalice su carrera.

“Hay que tener en cuenta que los aficionados vienen a verte pelear y creo que he ofrecido buenas peleas a lo largo de los años”, dijo Catterall a Louis Hart de The Ring.

“Ha habido una o dos actuaciones en las que probablemente dirías que rendí por debajo de mi nivel, pero de nuevo, eso es culpa mía. Me saqué a mí mismo de mi zona de confort. He estado fuera entrenando y preparándome duro para esta pelea.”

Hoy en día, Catterall es conocido por su estilo calmado y preciso, pero en su ascenso por las filas, el zurdo era respetado como un finalizador despiadado, con pegada fuerte y un timing excepcional.

No existe grabación de su aterrador nocaut de un solo golpe sobre el invicto Nathan Brough en 2014, pero sacó de combate al talentoso amateur con ese tipo de mano izquierda afilada que no se ve en los prospectos comunes.

Después abrió camino a golpes hacia una dominante victoria por detención en el quinto asalto sobre el ex olímpico Tom Stalker.

A medida que progresaba su carrera y aumentaban las apuestas, las peleas de Catterall comenzaron a alargarse.

Por supuesto, la oposición se fue volviendo cada vez más dura, pero las consecuencias de una derrota también se hicieron mucho mayores. Catterall siempre fue visto como un oponente de alto riesgo y baja recompensa, y cualquier tipo de derrota habría facilitado muchísimo que posibles rivales lo evitaran. Con una clasificación mundial que proteger, ganar se convirtió en lo único que importaba mientras esperaba que se presentara una gran oportunidad.

Catterall se encuentra de nuevo en una situación similar.

A esta altura de su carrera, una derrota el sábado por la noche sería extremadamente difícil de superar. Por el contrario, una victoria llamativa lo colocaría nuevamente en la mezcla por oportunidades de título mundial.

No esperes ver a Catterall caminar hacia el centro del Estadio Tottenham Hotspur, plantar los pies e intercambiar bombas con Essuman pero, si —y cuando— logre establecer superioridad sobre el resistente y agresivo peleador de 36 años, puede que veas el regreso del luchador cruel y feroz que irrumpió hace más de una década.

“Yo no diría que quiero hacer las cosas emocionantes”, dijo.

“Por supuesto, quieres entretener a los aficionados. Mi estilo de pelea es mi estilo de pelea. Muy clínico, no recibo muchos golpes y les gano, y les gano bien, pero hemos hecho los ajustes. Como todos saben, ahora tengo un nuevo equipo de entrenamiento, así que una nueva perspectiva y me siento bien. Creo que estos estilos van a encajar bien el sábado.”