En el boxeo, especialmente en la élite, se espera que los peleadores luzcan de cierta forma.
Basta con observar cualquier división: figuras como
Jaron Ennis,
Canelo Álvarez o
Teófimo López suelen andar con el torso descubierto, mostrando abdominales marcados y músculos prominentes. Pero, a medida que se sube de peso, las diferencias físicas se vuelven más notorias.
Los pesos pesados de hoy en día han demostrado que el físico perfecto no es requisito.
Tyson Fury tiene un cuerpo que haría dudar a cualquier asiduo del gimnasio;
Oleksandr Usyk no es precisamente un portento físico; y Andy Ruiz Jr. ha sorprendido a muchos que lo subestimaron por su apariencia. Pryce Taylor, prospecto ascendente del peso pesado originario de Brooklyn, Nueva York, pertenece a esa misma categoría física.
Las críticas que ha recibido por su apariencia no lo afectan. Taylor no está en el boxeo para demostrar que es un fisicoculturista. Según él, sus habilidades están al nivel de los mejores.
“No se trata de cómo se ve mi cuerpo”, dijo Taylor a The Ring en una entrevista reciente. “¿Puedo boxear? ¿Puedo pelear? ¿Puedo moverme? Yo puedo hacer todo eso. Tengo potencia, técnica, y siempre estoy en buena forma. Algunos necesitan verse de cierta manera para rendir. Yo soy boxeador, no fisicoculturista. Rindo en el ring y me mantengo en forma todo el año.”
Todos los prospectos atraviesan por la etapa en la que se encuentra Taylor (7-0, 5 KOs). Este viernes 6 de junio, en el Turning Stone Resort & Casino de Verona, Nueva York, enfrentará a Ed Fountain. En el papel, Fountain, de 36 años, es el rival más exigente que ha tenido hasta ahora, pero es una pelea que Taylor está llamado a ganar.
Sin embargo, en el boxeo, la palabra “expectativas” puede ser peligrosa. Las sorpresas están a la orden del día, y aunque Fountain parte como claro no favorito, ya ha complicado a más de un prospecto en su carrera.
Taylor no quiere parecer arrogante, pero tiene claro que su oponente no está a su nivel. ¿Podría pasar algo inesperado? En teoría, sí. Pero esta no es la primera vez que se enfrenta a él… al menos no en su mente.
“Ya he peleado contra mi rival un millón de veces en mi cabeza”, continuó Pryce. “Un millón de veces lo he enfrentado mentalmente, así que para mí, esta no es realmente la primera vez que lo enfrento. Sobrepienso todo, presto atención a cada detalle de mi oponente. Su movimiento, su ritmo, lo observo todo. Estudio demasiado como para dejarme sorprender a este nivel. Tengo que estar diez pasos adelante. No subestimo a nadie.”
La naturaleza impredecible del boxeo no intimida a Pryce. Sabe que no puede permitirse fallos. Por muy resistente o incómodo que sea Fountain, el prospecto de 27 años espera imponerse con claridad.
“Él terminará alineándose.”