BUENOS AIRES, Argentina — Regresar tras dos años de inactividad y dos derrotas consecutivas no es para cualquiera.
Pero
Nonito Donaire, a los 42 años, es un caso especial. El filipino apeló a toda su experiencia y determinación para viajar a Buenos Aires y vencer al chileno
Andrés Campos el sábado por la noche, en
un combate emocional con un cinturón interino en juego que lo vuelve a colocar en el panorama del boxeo mundial. Al menos, ese es el objetivo del legendario excampeón.
“No creo en la edad. Me siento bien, fuerte. Estoy muy, muy emocionado,” dijo el 11 veces campeón mundial en cuatro divisiones, ocultando detrás de unas gafas de sol las secuelas de una exigente pelea de nueve asaltos. “Me sentí bien. La velocidad está ahí, la pegada también. Tengo un poco de óxido, pero cumplí con el trabajo.”
Ese "trabajo" fue una victoria sólida sobre Campos (17-3-1, 6 KOs), un retador al título que dejó una buena impresión frente a Sunny Edwards hace dos años en su única oportunidad mundialista hasta ahora. Ambos boxeadores protagonizaron una pelea intensa desde el inicio, con choques de cabezas en el primer asalto. Donaire cambió de guardia en varias ocasiones, lo que provocó nuevos choques en los siguientes rounds, aunque dominó con claridad y llegó a tambalear a Campos en el segundo episodio.
Campos reaccionó y tuvo buenos pasajes en el cuarto y quinto asalto, pero Donaire recuperó el control del combate en los tres siguientes con ritmo sostenido y agresividad efectiva.
Finalmente, un choque de cabezas al comienzo del noveno asalto abrió un corte sobre el párpado derecho de Donaire y agravó la hinchazón en la zona. La situación lo llevó a quejarse con el árbitro Luis Pabón por pérdida de visión. Tras consultar al médico de turno, el combate fue detenido y se recurrió a las tarjetas: dos jueces dieron 87-84 (en línea con la tarjeta de The Ring) y uno 88-83, otorgándole a Donaire la victoria y el cinturón interino, que espera convertir en nuevas oportunidades.
“Este será un capítulo muy largo de mi carrera. Quiero quedarme aquí por mucho tiempo,” declaró Donaire después de la pelea. “Es refrescante tener la mente clara y volver a tener deseo de pelear. Estoy aquí para eso. Solo necesito seguir trabajando, mantenerme activo y ganar confianza en el ring. Amo lo que hago. Amo el boxeo. Sé que aún puedo competir, y mientras pueda hacerlo, seguiré.”
En cuanto a su futuro, Donaire afirma no tener nombres en mente todavía, aunque su nuevo cinturón lo posiciona como retador del ganador entre Antonio Vargas y
Daigo Higa el próximo mes.
“Ahora quiero estudiar esta pelea y ver en qué puedo mejorar,” dijo Donaire, quien mejoró su récord a 43-8 (28 KOs). “No tengo nombres en mi cabeza porque primero quiero analizar qué hice mal. Eso es lo que me importa ahora. El siguiente paso es hablar con mi equipo y ver hacia dónde vamos.”
La velada se celebró en el Casino Buenos Aires como evento principal de la cartelera “KO a las Drogas” organizada por la AMB.
En los combates preliminares, el peso pesado local Leandro "La Bestia" Robutti (13-7, 10 KOs) logró una leve sorpresa al noquear en el primer asalto al australiano Jackson Murray (7-1, 5 KOs) con una serie de golpes salvajes. Robutti, que superaba en más de 36 kilos a su rival, aprovechó la ventaja física y el aliento del público para lanzarse con todo desde el campanazo inicial. Murray cayó dos veces en ese breve lapso, y tras la segunda caída el árbitro Roberto Ramírez Jr. decidió detener la pelea sin conteo.
En peso supergallo, Junior Narváez envió a la lona a Denis Martínez en el segundo y tercer asalto, logrando así su primera victoria por nocaut técnico y mejorando su marca a 4-0.
Narváez es entrenado por su padre Omar Narváez, excampeón mundial en dos divisiones y firme candidato al Salón Internacional de la Fama. Padre e hijo compartieron un emotivo momento durante el pesaje con Donaire, su viejo rival, a 11 años de su enfrentamiento titular en Nueva York.
En el combate de cierre, Ayelén Granadino (12-2-4, 1 KO) tuvo que sacar fuerzas ante la ofensiva de Micaela Luján (15-3-1, 6 KOs) en un duelo eliminatorio por el título mundial mosca femenino de la AMB, además del orgullo local. Granadino boxeó en retroceso buena parte del combate, mientras que Luján, exmonarca en las 115 libras, intentó imponer su ritmo con un alto volumen de golpes, aunque mayormente inefectivos. Los jueces premiaron a Granadino con dos tarjetas de 96-94 y una tercera igualada en 95-95.