M&S BANK ARENA, LIVERPOOL – Nick Ball sobrevivió a un momento polémico al final del primer asalto antes de producir una dominante segunda defensa de su título mundial de peso pluma de la AMB contra TJ Doheny en otro triunfal regreso a Merseyside.

La cartelera principal de seis combates fue televisada por TNT Sports en el Reino Unido y DAZN a nivel mundial.

El mánager de Doheny, Mike Altamura, conocía bien las astutas y habilidosas tendencias de Ball, pero advirtió al peleador local sobre "no apresurarse" contra su hombre. Ball, como suele hacer, se tomó su tiempo, y esa presión constante es más dañina que un nocaut de un solo golpe para un hombre que, a sus 38 años, tiene algunas decisiones difíciles por delante.

Animado por una actuación competitiva en Japón contra el campeón indiscutido de peso supergallo Naoya Inoue (29-0, 26 nocauts) en su última pelea, el irlandés radicado en Australia, Doheny, entró en la guarida del león creyendo que aún tenía mucho que ofrecer.

Si sus espasmos en la espalda cedieron en un combate que se desarrollaba bien en Tokio, fue una parte aún más delicada de su cuerpo la que rápidamente se convirtió en un objetivo fácil para que Ball perforara aquí.

Ball (22-0-1, 13 nocauts), diez años más joven, lo acechó por el ring mientras el astuto veterano fingía estar en apuros y buscaba contraatacar, al tiempo que lo frustraba con ataques variados a la cabeza y al cuerpo, mientras se mantenía firme en los intercambios.

Ball conectó una combinación derecha-izquierda dos veces temprano, mientras que Doheny (26-6, 20 nocauts) lanzaba su jab en respuesta. El campeón defensor sonrió tras absorber una combinación, como si aquello lo hubiera despertado, dispuesto a intercambiar cuando la ocasión lo permitiera.

Algunas maniobras agresivas en la corta distancia parecían inevitables, aunque el desastre estuvo a punto de ocurrir temprano para un favorito del público con una misión de unificación en las 126 libras en 2025.

Era inevitable preguntarse si el retador de 38 años sufrió una lesión fortuita por su propia cuenta, luego de una extraña secuencia al finalizar el primer asalto en la que sostuvo a Ball en un candado de cabeza tras la campana y recibió una patada a cambio.

Cojeando sobre un pie y escupiendo su protector bucal mientras se sentaba en la esquina, esta mini crisis pronto se disipó cuando el árbitro dio una advertencia a ambos antes de iniciar el segundo asalto. Muchos sintieron que la infracción era lo suficientemente grave como para justificar una descalificación inmediata, pero todo sucedió tan rápido que esa opción no era realista.

Doheny tuvo un mejor tercer asalto, golpeando al cuerpo y lanzando combinaciones para penetrar la alta guardia. Puede que haya robado el asalto en las tarjetas de los jueces antes de que Ball respondiera con furia, aplicando de repente más agresividad y velocidad a su trabajo en la última media parte del asalto, haciendo tambalear al veterano.

Esa tendencia continuó en el cuarto, aunque Ball estaba claramente encontrando su ritmo de golpeo en el quinto, con impactos más limpios que aterrizaban con precisión y obligando a Doheny a boxear al ritmo del campeón, uno feroz.

Doheny mostró algo de agresividad propia al inicio del sexto, después de haber absorbido una ráfaga de poder característica contra las cuerdas, antes de ser derribado por una proyección estilo lucha libre que llevó a Ball a ser advertido nuevamente por el árbitro Michael Alexander.

Al final de ese asalto, era inevitable pensar que solo era cuestión de tiempo antes de que Doheny sucumbiera ante la ráfaga de golpes. Su ojo derecho era un desastre cada vez mayor, el retador recibía fuertes uppercuts desde la distancia, y cada vez que intentaba lanzar combinaciones, sufría el doble de daño.

Un recto de izquierda a mitad del séptimo asalto solo agravó el problema del ojo de Doheny, mientras algunos espectadores se preguntaban si la pelea estaba cerca de ser detenida.

Doheny tuvo que ser levantado de su banquillo por un miembro de su equipo en el noveno asalto y nuevamente en el décimo, debido al severo castigo que estaba recibiendo.

Poco después, Ball fue finalmente penalizado con un punto tras derribarlo ilegalmente una vez más en una entrada demasiado agresiva.

Muchos se pusieron de pie al comienzo del décimo asalto, esperando el golpe final que esta demostración unilateral requería, aunque Doheny continuó absorbiendo daño antes de ser sancionado por un golpe bajo a mitad del asalto, lo que le dio un respiro momentáneo.

Pero no por mucho tiempo, ya que Ball desató una ráfaga de uppercuts sin respuesta para cerrar otro asalto unilateral antes de que la pelea fuera detenida de manera compasiva antes de iniciar el undécimo asalto.

El jefe de Queensberry, Frank Warren, declaró después de la pelea que su peleador es el mejor peso pluma del mundo y sugirió que volverán a pelear en casa con más frecuencia tras recibir otra excelente recepción, cinco meses después de que su primera defensa del título mundial contra el aguerrido Ronny Rios (34-5, 17 nocauts) tuviera el mismo desenlace.

Peso pluma: Nick Ball RTD10 TJ Doheny

Peso supermosca: Jack Turner TKO2 (0:41) Ryan Farrag

Peso gallo: Andrew Cain SD12 (113-115, 115-114, 116-112) Charlie Edwards

Peso ligero: Jadier Herrera TKO7 (2:31) Jose Macias Enriquez

Peso supergallo: Ionut Baluta SD10 (93-97, 98-91, 96-94) Brad Strand

Peso mediano: Stephen Clarke UD6 (60-54) Dmitri Protkunas

Peso supergallo: Leighton Birchall TKO2 (1:55) Laszlo Bernath

Peso wélter: Lucas Biswana UD4 (40-36) Ezequiel Gregores

Peso pluma: William Birchall TKO2 (0:48) Engel Gomez

Peso superwélter: Lewis Lawton KO1 (1:15) Artjom Spatar

Peso pesado: Joe Bourne EMPATE (38-38) Cristian Uwaka