El sábado por la noche,
Nathaniel Collins dejó de lado la amistad y desmanteló a su excompañero de selección amateur,
Lee McGregor, en el cuarto asalto de su duelo escocés de peso pluma en Glasgow.
Con el cinturón Silver del CMB sobre el hombro, Collins, de 28 años, no perdió tiempo en expresar sus aspiraciones:
“Siempre soñé con tener un cinturón del CMB, y ahora quiero enfrentar a
Stephen Fulton por el título mundial completo. Ya sea en Estados Unidos o en Riad, que lo hagan realidad,” declaró tras la pelea, antes de describir cómo sería ese enfrentamiento con el estadounidense.
“Igual que contra McGregor. No estoy aquí para hacer declaraciones llamativas, estoy aquí para ser campeón del mundo.”
En 2023, Collins se hizo notar con un impactante nocaut en solo 24 segundos ante Raza Hamza en su debut con Queensberry. A pesar de su invicto y de un historial impecable en peleas de título, su perfil ha sido relativamente discreto.
Victorias sólidas sobre nombres como James Beech, el actual campeón británico y de la Commonwealth Zak Miller, y Francesco Grandelli, le ganaron respeto entre los entendidos. Pero detener de forma categórica a un rival experimentado como McGregor podría ser lo que finalmente lo catapulte al reconocimiento más amplio.
“Siempre he tenido la capacidad de hacer eso, y lo he dicho desde el inicio de mi carrera: tengo ese tipo de actuaciones en mí. Creo que muchos lo sabían, pero nunca había tenido realmente la oportunidad de demostrarlo, y ahora lo hice, en mi ciudad, con la mejor afición del mundo,” comentó mientras absorbía el momento.
“Soy un boxeador de clase mundial y también tengo pegada. Ya lo vieron en mi debut con Queensberry [ante Hamza].
“He enfrentado a oponentes duros y también he pasado por cosas complicadas en lo personal. Esta noche fue la mejor versión de Nathaniel Collins que jamás se ha visto. Lo dije en la rueda de prensa: ‘Van a ver al mejor Nathaniel Collins’ y aquí estuvo.”
La victoria impulsa de forma significativa las aspiraciones de Collins de obtener una oportunidad mundialista, pero la velada tuvo un significado aún más profundo para él y su entorno.
En mayo pasado, Collins acababa de vencer por decisión unánime al italiano Francesco Grandelli cuando fue ingresado de urgencia al hospital con un intenso dolor abdominal. Fue operado de inmediato para corregir una torsión intestinal que puso en riesgo su vida.
Volver al ring tan pronto ya era un logro; ofrecer una actuación consagratoria como la del sábado, es algo aún más extraordinario.
“Si me hubieras dicho hace un año que estaría aquí, dando una actuación como esa, frente a toda esta gente, te habrías reído,” confesó recordando la difícil etapa.
“Tuve muchos que dudaron de mí, y también muchos demonios internos por vencer, no solo a Lee. Superé todo en mi mente, y no puedo describirlo con palabras.”