Jaime Munguía sufrió una de las mayores sorpresas del año 2024 cuando fue noqueado por el desconocido francés Bruno Surace con un solo golpe.

Lo que debía ser un regreso triunfal a casa en Tijuana, México, se convirtió en una amarga experiencia, ya que Munguía encajó la segunda derrota de su carrera, apenas siete meses después de haber ofrecido una sólida actuación —aunque sin éxito— frente a Canelo Álvarez.

Munguía (44-2, 35 KOs) buscará redención el próximo 3 de mayo cuando enfrente nuevamente a Surace (26-0-2, 5 KOs) en una revancha que servirá como evento coestelar de la cartelera por el título indiscutido del peso supermediano entre Álvarez y William Scull. La función será transmitida en vivo por DAZN PPV desde Riad, Arabia Saudita.

Para prepararse, el ex campeón mexicano se unió al equipo de Canelo Álvarez y confió la dirección de su carrera a Eddy Reynoso, entrenador de toda la vida del tapatío.

“El cambio de campamento ha sido muy bueno. Estoy muy contento con Eddy,” declaró Munguía a The Ring a través de un traductor.

“Han sido muy buenos conmigo y con mi entorno.

Estamos trabajando en todo, tanto en defensa como en ofensiva.

Entrenar junto a uno de los mejores boxeadores del mundo te obliga a exigirte más.

Aprendes mucho simplemente viendo a Canelo.

Uno tiene que crecer y buscar a alguien que lo impulse, y creo que fue la decisión correcta unirme a Eddy.

Van a ver los resultados el día de la pelea.”

Surace había sido considerado universalmente como un simple rival de preparación invernal para Munguía. Y el combate comenzó siguiendo ese libreto: Munguía derribó al francés en el segundo asalto con un gancho de izquierda demoledor.

Dominaba claramente… hasta que en el sexto round, Surace conectó una mano derecha fulminante, en lo que se ha convertido en el clásico ejemplo de que todo peleador tiene una oportunidad de oro si conecta el golpe perfecto.

“Iba ganando la pelea y me relajé, me distraje un poco,” admitió Munguía.

“Pensé que tenía buenas chances de noquearlo en el segundo asalto y me confié, pero no de mala forma.

Quería dar un buen espectáculo, entretener a la gente y agradecerles. Pero me atrapó con ese golpe.

En la revancha, si tengo la oportunidad de noquearlo, lo haré.

Vamos a hacer los ajustes necesarios para ganar la pelea.”

Entre risas, Munguía dijo que ni siquiera recuerda si ese fue el golpe más fuerte que ha recibido en su carrera.

“No fue fácil [mental, emocional ni psicológicamente],” confesó.

“Fue algo duro. Pero tengo que sacar lo positivo de cada situación.

Con el trabajo que he venido haciendo todos los días, estoy seguro de que voy a ganar la revancha.”

“Tengo que hacer lo que estaba haciendo en los primeros asaltos: trabajar fuerte y mantenerme concentrado.

Estoy seguro de que el nocaut va a llegar.

Lo mejor está por venir. Vamos a superar esto y volveremos más fuertes que nunca.”