Mikaela Mayer es ahora campeona mundial en tres divisiones.

Dominó las acciones de principio a fin contra la campeona defensora del título superwélter de la AMB, Mary Spencer, rumbo a una contundente victoria por puntos en territorio ajeno, en el evento principal celebrado en el Montreal Casino.

Las tarjetas oficiales fueron 100-90, 98-92 y 98-92 tras una dura batalla de 10 asaltos, aunque Mayer tuvo el control desde el inicio.

No hubo ronda de estudio entre ellas, ya que Mayer comenzó más precisa, conectando golpes a la cabeza y al cuerpo desde temprano, en un esfuerzo consciente por no permitir que Spencer encontrara su ritmo. La boxeadora de 40 años se veía con frecuencia retrocediendo, buscando contragolpes.

La exboxeadora y ahora entrenadora Kara Ro instó a Spencer a ser más activa y no preocuparse por el rápido comienzo de Mayer, a igualarla con el jab y usar su fortaleza física como la boxeadora más grande. Pero eso resultó más fácil decirlo que hacerlo, ya que Mayer no se inmutó ante el poder de su rival y continuó castigando al cuerpo, llevando la iniciativa en la mayoría de los intercambios.

Spencer mostró destellos de boxeo brillante en los últimos 30 segundos del cuarto asalto, girando a Mayer contra las cuerdas y conectando dos derechas, pero ese momento no fue suficiente para darle confianza, mientras Ro la advertía sobre la impresión que estaba dejando: parecía estar siendo superada.

Justo entonces, Spencer aprovechó su sentido del tiempo y su inclinación por los uppercuts para tener su mejor asalto en el quinto. Ambas tuvieron éxito en la corta distancia, y Mayer fue advertida por el árbitro Michael Griffin después de conectar una combinación de dos golpes bajos tras ordenar que se separaran.

El volumen de golpes de Mayer aumentó en el sexto asalto, mientras que Spencer bajó su ritmo; los esporádicos ganchos de izquierda de la campeona eran neutralizados eficazmente por una avalancha de presión de parte de Mayer.

“Te tomaste ese asalto de descanso, ahora tienes que aumentar el ritmo”, insistió la esquina de Spencer, pero su boxeadora estaba siendo superada en trabajo y no podía detener el impulso de Mayer, quien ya había encontrado su ritmo, y el tamaño reducido del ring no le permitía a la campeona crear distancia detrás de su jab.

La retadora encadenó cuatro demoledores ganchos de izquierda en los últimos segundos del octavo asalto, y las cosas se volvieron aún más dominantes en un noveno asalto autoritario, ya que Spencer no podía apartarse del camino ni impedir que las potentes combinaciones de Mayer impactaran de lleno en su rostro.

Con la ceja ensangrentada y cortada, no hubo milagro en el asalto final para una campeona cada vez más agotada, mientras Mayer amenazaba con un nocaut técnico en una noche en la que volvió a engrandecer su legado en una pelea que no necesitaba aceptar.

En la pelea coestelar de la noche, el prospecto de peso supermedio Wilkens Mathieu cumplió exactamente lo que prometió: lucir afilado y agresivo en el camino hacia una valiosa victoria por decisión en 10 asaltos sobre Shakeel Phinn, encendiendo al público de Montreal antes del evento principal.

Dos tarjetas de 98-91 y una de 99-90 fueron bastante amplias, aunque no reflejaron completamente lo ocurrido en el ring.

También tuvo que superar momentos complicados a partir del octavo asalto, después de recibir una poderosa derecha que dio inicio al resurgimiento combativo de Phinn, quien puso a prueba la resistencia del joven.

Después de haber derribado al veterano contendiente y de haber estado cerca de finalizarlo en el tercer asalto, Mathieu lanzó combinaciones y pisó el acelerador con fuerza en el séptimo.

Sin embargo, también fue culpable de agotarse al pensar que había hecho lo suficiente para que el árbitro Martin Forest detuviera la pelea, lo que permitió a Phinn aprovechar una oportunidad de oro para llevarlo a aguas profundas.

Eso fue exactamente lo que hizo al comienzo del octavo asalto, conectando fuertes derechas que empujaron al joven de 20 años contra las cuerdas, mientras un silencio nervioso envolvía el Montreal Casino, con el “Juggernaut Jamaicano” avanzando con determinación.

Mathieu se negó a flaquear y arriesgó su defensa al responder con golpes, para deleite del público, aunque Phinn se desempeñó bien en los últimos asaltos, dejando una importante lección de aprendizaje para el embajador de The Ring en esta etapa de su carrera.

En otro lugar, el contendiente altamente clasificado del peso superligero Arthur Biyarslanov (20-0, 16 nocauts) mantuvo su récord perfecto con una sólida victoria por puntos sobre el excampeón mundial Sergey Lipinets, en una pelea en la que tuvo que mantener la calma en los asaltos finales después de dominar la mayoría de los primeros.

Ocho meses después de haber sido derribado y detenido en nueve asaltos por el prometedor talento Adam Azim, el obstinado kazajo regresó aquí y ofreció una actuación tan buena como la de su oponente, en un combate respetuoso y competitivo que se desarrolló mayormente a corta distancia.

Cada vez que había distancia entre ellos, Biyarslanov lo hacía pagar y logró una caída en el tercer asalto por sus esfuerzos, mientras que el boxeador de 36 años terminaba ensangrentado y con el ojo izquierdo hinchado al llegar a los compases finales.

Sin embargo, fue allí donde produjo un sorprendente asalto final y amenazó con recuperar una desventaja insalvable con un nocaut, tras tambalear a Biyarslanov con combinaciones limpias contra las cuerdas. Pero resultó ser un falso amanecer, ya que el zurdo nacido en Rusia tuvo que apretar el protector bucal y resistir una tormenta sangrienta para imponerse.

Peso supermedio: Wilkens Mathieu GDU10 (98-91, 98-91, 99-90) Shakeel Phinn

Peso superligero: Arthur Biyarslanov GDU10 (97-92, 99-90, 96-93) Sergey Lipinets

Peso wélter: Christopher Guerrero GDU10 (99-91, 97-93, 98-92) Williams Andrés Herrera

Peso semipesado: Mehmet Unal TKO1 Ralfs Vilcans

Peso superpluma: Logan Clouthier GDU8 (78-72, 78-72, 79-71) Thomas Chabot

Peso superpluma: Erik Israelyan GDD4 (40-36, 36-39, 39-37) Dylan Schroeder