Masamichi Yabuki lo volvió a hacer.
Tras superar su prueba divisional frente a
Ángel Ayala con un nocaut en el 12.º asalto en marzo, el púgil de 33 años respiró aliviado al consolar a
Felix Alvarado después de repetir la hazaña en la primera defensa de su título mundial mosca de la IBF, el sábado en el Aichi Sky Expo Arena.
Desde que perdió el cinturón WBC minimosca ante
Kenshiro Teraji por nocaut en el tercer asalto de su revancha en marzo de 2022, el mosca No. 5 del ranking de The Ring tuvo un inicio lento
frente a un retador decidido que se impuso desde temprano.
Alvarado (42-5, 35 KOs) estuvo activo y yendo al frente en los primeros compases. Yabuki boxeó con corrección en retroceso, pero no hacía lo suficiente para frenar la presión, mientras el nicaragüense conectaba combinaciones y buscaba el choque en corto.
Exactamente un año después de su victoria por decisión mayoritaria a 12 asaltos sobre
Tobias Reyes, el centroamericano quería demostrar que seguía vigente y llevó la pelea al campeón en forma, con ganchos amplios y un inteligente trabajo al cuerpo.
Intercambiaron golpes contundentes en la corta distancia cerca de las cuerdas en el tercer round, y Alvarado volvió a castigar al campeón IBF en el cuarto con el mismo plan extenuante que estaba dando resultados.
Yabuki (19-4, 18 KOs) lo mantuvo a raya con el jab y castigo a las zonas blandas al entrar en la segunda mitad de un combate durísimo, curvando ganchos y uppercuts al torso mientras Alvarado hacía gestos de dolor en su esquina antes del octavo asalto.
Esa imagen quizá reflejaba el ritmo agotador que debía sostener —y que sostuvo—, replicando el trabajo previo de Yabuki al cuerpo, mientras el campeón seguía resolviendo con oficio en retroceso.
Sin descanso alguno, constantemente arrinconado contra las cuerdas y obligado a ser selectivo con sus golpes, Yabuki intentó recuperar control con el jab en el cierre del décimo. Giró a Alvarado hacia una esquina y mostró buen desplazamiento, aunque necesitaba una chispa de inspiración para inclinar definitivamente una pelea que podía estar para cualquiera con dos asaltos por disputar.
Justo entonces, Alvarado caminó hacia una secuencia de jabs antes de un intercambio furioso en la corta. En ese ímpetu perdió su estructura defensiva y, tras recibir una ráfaga de ganchos, encajó un corto zurdazo de contra que lo sacudió hacia atrás. Poco después, estaba de rodillas recibiendo la cuenta.
El público estalló, consciente de que su ídolo necesitaba un cierre fuerte, y eso encendió la mecha de un asalto final frenético. Alvarado abandonó la cautela buscando una respuesta contundente, visiblemente frustrado, pero con poco más de un minuto por delante Yabuki lo castigó con dureza.
Alvarado lanzó un gancho de izquierda que Yabuki absorbió sin inmutarse y avanzó con determinación. Balanceándose de lado a lado para evadir, el final se acercó: el campeón lo estremeció con un zurdazo y remató con una corta combinación antes de que volviera a besar la lona.
El veterano de 36 años superó la cuenta e indicó que podía continuar, pero el árbitro Katsuhiko Nakamura decidió detener la acción, sellando otro dramático desenlace.