ROTHERHAM, Inglaterra. — De pie en una antigua acería convertida en gimnasio, vestido con chaqueta de cuero negra y jersey de cuello alto a juego, el imponente Arslanbek Makhmudov escucha con atención la pregunta que le hacen, arqueando su famosa ceja.

Durante años, el corpulento Makhmudov ha sido descrito como un monstruo intimidante y temible. Durante mucho tiempo, el ruso de 36 años hizo honor a esa reputación con una serie de brutales nocauts, pero su progreso se ha frenado, y las derrotas ante Agit Kabayel y Guido Vianello han desmoronado parte de su aura de invencibilidad.

Esos viejos calificativos han sido revividos para promocionar la pelea de este fin de semana contra Dave Allen, que será transmitida en exclusiva por DAZN desde el Sheffield Arena.

Makhmudov (20-2, 19 KOs) ha asumido el papel con humor, hablando abiertamente de sus supuestos “combates con osos” y publicando videos de sus compañeros de entrenamiento golpeando su torso con martillos.

El ruso se mostró de buen ánimo durante sus últimos compromisos con la prensa antes del combate del sábado y dijo a The Ring que no utiliza la intimidación de manera intencional para desestabilizar a sus oponentes.

“No pienso en esas cosas. La gente me decía, ‘Eres aterrador’, como si ser aterrador fuera algo bueno”, comentó.

“Hace mucho dejé de pensar en la opinión de los demás porque ya no me interesa. Solo hago mi trabajo, mi mejor trabajo, mi vida. No pienso en lo que la gente diga.

“No vamos al ring a hacer algo divertido. Vamos a destruirnos. No es un momento divertido, ¿verdad? Pero en la vida, la gente que me conoce —mis entrenadores o mi familia— sabe que no estoy loco. Soy un tipo normal. Al menos, lo intento.”

Si Makhmudov estaba de buen humor el jueves, el sábado por la noche sin duda mostrará su rostro más serio.

En diciembre de 2023, fue detenido en el cuarto asalto por Kabayel, y en agosto de 2024 cayó en siete asaltos ante Vianello. Sabe que necesita una victoria contundente para volver a aparecer en las conversaciones importantes de la división de los pesos pesados.

La noticia de que Allen lo eligió personalmente de una lista de cinco posibles rivales fue bien recibida, aunque inesperada. Makhmudov no lo sabía cuando se le propuso el combate, pero pronto entendió que el británico de 33 años le ofrece un camino de regreso al protagonismo: una pelea de alto perfil, pero ganable.

“Sí, estaba feliz, pero siendo honesto, suelo enfocarme en mí mismo. No conozco a muchos boxeadores de mi división. No lo conocía”, explicó. “Solo lo busqué: ‘¿Quién es este tipo? Bien, buen tipo.’

“Como dije, no lo conocía antes. Nunca vi sus peleas, pero fue una buena noticia saber que la pelea sería en el Reino Unido. Nunca había peleado ni estado aquí. ¿Puedes imaginarlo? He estado en unos 20 países por el boxeo, pero nunca en el Reino Unido.

“Estaba muy feliz, era un sueño venir porque sé que este es el hogar del boxeo y que tengo muchos fanáticos aquí. Por eso estaba emocionado de venir.”

Allen (24-7-2, 19 KOs) es un personaje peculiar. Sin duda tiene talento, pero también una gran imprevisibilidad, y ha permitido que la autoduda frene su carrera. Sus debilidades —y su disposición para hablar de ellas abiertamente— lo han convertido en un favorito del público.

En los últimos 18 meses parece haber encontrado su rumbo. Su contundente nocaut sobre Johnny Fisher revitalizó su carrera, y se espera que unas nueve mil personas llenen el Sheffield Arena este sábado por la noche. La conferencia de prensa del jueves atrajo a decenas de periodistas de video ansiosos por conseguir una cita exclusiva de Allen.

Makhmudov sabía que el boxeo de peso pesado es muy popular en Reino Unido, pero dada la irregular trayectoria de Allen —y el hecho de que nunca había oído hablar de él antes—, podría haberse sorprendido por la magnitud del evento en el que se encuentra.

“No me sorprende demasiado porque, primero, es su casa”, dijo mientras observaba el ambiente. “Segundo, este tipo tiene muchas peleas, unas 30. Toda su carrera ha sido aquí. Es normal.

“Es lo mismo que cuando estoy en Canadá. En Canadá, la gente me conoce.”

Mientras Allen ha recibido segundas, terceras y cuartas oportunidades para tener éxito, Makhmudov sabe que otra derrota acabaría prácticamente con sus esperanzas de destacar a nivel mundial.

Su caída ante Kabayel no luce tan mal hoy en día, considerando lo que el alemán ha logrado desde entonces, pero su derrota clara ante Vianello es más difícil de justificar.

Makhmudov lleva casi 30 años boxeando, pero sigue siendo lo suficientemente abierto como para replantearse su enfoque.

“Por supuesto. Cada derrota o error te ayuda a mejorar, a corregir tus fallos. Si no entiendes eso, no mejoras, y todo será peor”, dijo.

“[En cuanto a mis] habilidades boxísticas, me he vuelto más disciplinado. Por ejemplo, antes entrenaba y pensaba que bastaba con hacerlo dos veces al día. Después de esa derrota entendí que no era suficiente. Empecé a entrenar tres veces al día, y eso me ayudó a mejorar mis habilidades y corregir mis errores.”