MOTORPOINT ARENA, NOTTINGHAM –
Liam Davies fue disciplinado, mucho más activo y puntuó bien a la distancia desde el principio para infligir la primera derrota a
Kurt Walker, ganando el título vacante intercontinental de peso pluma de la FIB, anteriormente en manos del campeón mundial en dos divisiones Shakur Stevenson y del reciente retador al título de la OMB Edward Vázquez.
117-111, 115-113, 116-112 fueron las puntuaciones a favor del boxeador de 29 años, quien sin duda tendrá en la mira volver a nivel mundial pronto, con la próxima actualización del ranking de la FIB.
Davies (17-1, 8 nocauts) insistió tras el pesaje del viernes en que era momento de nuevos objetivos y de aprovechar la oportunidad para hacer una declaración en una nueva división de peso, después de haberse forzado durante mucho tiempo a bajar hasta el límite del peso supergallo antes de una floja actuación frente a Shabaz Masoud que acabó con su racha invicta en noviembre.
Walker (12-1, 2 nocauts) no mostró demasiado interés en involucrarse en un combate intenso, aunque se encargó de ir al cuerpo del excampeón de la IBO y hacerlo fallar en los primeros compases, para el deleite de sus ruidosos seguidores presentes en primera fila.
Esta fue la primera de tres peleas por títulos en la cartelera de 12 combates organizada por Queensberry en East Midlands, encabezada por Anthony Cacace vs. Leigh Wood y transmitida mundialmente por DAZN.
Davies comenzó el segundo asalto en modo ofensivo, encadenando combinaciones y trabajando bien con el jab, mientras Walker contraatacaba ocasionalmente intentando neutralizar a un oponente muy activo frente a él.
El tercero siguió una dinámica similar, con Davies lanzando ráfagas de cuatro o cinco golpes al cuerpo y a la cabeza, y Walker respondiendo con anotaciones en el mismo estilo.
Se podía sentir que el público pedía más acción cuando comenzaron a cantar a mitad del cuarto asalto sin que hubiera demasiado destacable, aunque Davies seguía sumando puntos de forma sutil gracias al volumen de golpes.
Walker pareció congelar brevemente a Davies en el centro del ring con un gancho en el primer minuto del quinto asalto, y el boxeador de 29 años respondió lanzando jabs mientras el invicto empezaba a retroceder sin una herramienta efectiva para detener esa presión constante.
Ya en la segunda mitad del combate, Davies mostraba frustración ante la clara renuencia de Walker a intercambiar golpes, pero necesitaba una oportunidad para acorralarlo en una esquina y soltar combinaciones, creando una situación que posiblemente habría animado al norirlandés a entrar en el fuego cruzado.
Eso no ocurrió; Davies se burló de él trotando en el lugar y siguió conectando golpes puntuables que le aseguraban el favor de los jueces, sin recibir mucho a cambio. Muy diferente de su tramo de tres peleas en ocho meses antes del combate con Masoud, había quizá algo que destacar en cuanto a la disciplina mostrada en este nuevo peso.
En el décimo asalto, Walker finalmente aumentó el ritmo —consciente de que estaba abajo en las tarjetas—, pero Davies neutralizó la mayoría de sus mejores intentos amarrándolo de cerca, girando para salir y conectando combinaciones puntuables y golpes laterales después.
El equipo de Walker recuperó la voz en el penúltimo asalto, satisfecho de que su boxeador había encontrado una segunda energía de algún lado, aunque no fue suficiente para provocar más que una reacción tibia del público de Nottingham, que se preguntaba dónde había estado ese esfuerzo en los asaltos anteriores, al menos para generar una guerra. Demasiado poco, demasiado tarde.