Puede que ahora tenga una legión de seguidores, pero antes de su enfrentamiento contra Gervonta Davis, el vagón de Lamont Roach viajaba prácticamente vacío.

Era comprensible. Roach nunca había competido al máximo nivel y, aparentemente, era el hombre más pequeño sobre el ring. Sin embargo, ni Roach ni su padre entendían por qué se les daba tan poca oportunidad.

Roach Sr., como es natural, ha pasado incontables años junto a su hijo. Lo vio crecer, desarrollarse, y cuando finalmente se les presentó la oportunidad de brillar el pasado marzo, estaba convencido de que la aprovecharían al máximo.

Y así fue.

Durante largos pasajes del combate, Roach (25-1-2, 10 KOs) dominó la acción. Su capacidad para mantenerse firme en la corta distancia ante Davis y obligarlo a respetarlo fue impactante... al igual que su variado repertorio de combinaciones.

Las cosas ya se estaban inclinando a su favor el 1 de marzo, pero una extraña y difícil de explicar rodilla al suelo por parte de Davis en el noveno asalto pareció sellar el destino de la pelea. Al final, el equipo Roach tuvo que conformarse con un empate mayoritario.

Varios meses después, Roach Sr. carga con las ojeras de muchas noches sin dormir. Ha vuelto a ver esos 36 minutos de combate una y otra vez, diseccionando cada segundo. Dejando de lado cualquier parcialidad, simplemente no logra comprender por qué su hijo no salió con la mano en alto.

"No estoy para nada contento con la decisión", declaró Roach Sr. a YSM Sports Media. "Sé que ganamos esa pelea, incluso sin la caída. La he visto una y otra vez. No veo cómo se puede interpretar de otra manera."

Ese no era, por supuesto, el guion esperado. Se suponía que Roach iba a subir al ring, dar una pelea decorosa, ser noqueado de manera contundente, cobrar su cheque y regresar a su división habitual. Roach, de hecho, cobró aquella noche, pero espera que un nuevo depósito llegue pronto a su cuenta bancaria.

Las negociaciones para una revancha inmediata continúan llevándose a cabo tras bastidores, y la fecha tentativa sería a finales de junio en Las Vegas, Nevada, que encabeza la lista de opciones.

Volver a subirse al ring es algo que Roach Sr. espera con ansias, principalmente porque confía en que su hijo será aún más dominante esta vez. A diferencia de su primer encuentro, donde el equipo Roach caminaba prácticamente solo, Roach Sr. ha notado que ya no está en esa isla desierta.

Antes de enfrentarse a Davis, se rascaba la cabeza preguntándose cómo podría lograr que su hijo recibiera más atención y reconocimiento. Durante años fue difícil verlo pelear en carteleras menores, pero ahora que las luces están sobre él, Roach Sr. se siente feliz de que, finalmente, el respeto y la admiración hayan llegado.

"Le mostró al mundo su talento."