Aunque Riley brilló como amateur, ganando plata en el Europeo Junior de 2013, su vida cambió para siempre cuando KSI —estrella de redes sociales— entró al gimnasio donde trabajaba como entrenador personal.

La conexión fue instantánea, y Riley terminó convirtiéndose en el entrenador de KSI para su combate ante Logan Paul en el Staples Center de Los Ángeles, en 2019.

Un año antes, en plena preparación, Riley se trasladó a Las Vegas para instalar el campamento en el Mayweather Boxing Club. Allí, una intensa sesión de sparring con Andrew Tabiti llamó la atención de Jeff Mayweather, quien poco después le ofreció un contrato promocional.

“Los americanos tienen personalidad, hermano,” dice Riley entre risas. “Te lo hacen saber. Te dicen que vienes del Reino Unido y que no puedes hacer nada.

“Pero el respeto no se regala, hay que ganárselo. Y yo me lo gané. Me escuchaban con acento británico, pero luego me veían boxear y todo cambiaba.”

“Hice sparring con nombres de calidad. Y una vez que me vieron competir al mismo nivel, empezaron a aceptarme.”

Durante su tiempo en Estados Unidos, Riley dejó huella. Sparreó con figuras como Caleb Plant, Shawn Porter, Badou Jack y Mike McCallum. Incluso Floyd Mayweather Sr. terminó reconociendo su talento.

De Tottenham… al rancho de Mike Tyson

Al poco tiempo de debutar en Tijuana, México, se le presentó otra oportunidad única: visitar el rancho de Mike Tyson en el sur de California.

“Fue una experiencia especial,” recuerda. “Conocí a Mike en un día tranquilo. Estaba en modo sabio, calmado, dándome consejos.

“Solo soy un chico de Tottenham. Jamás esperas terminar en el rancho de Tyson en California. Es uno de esos momentos que luego miras atrás y piensas: ‘Sí, eso lo viví yo’.”

“Y luego llegó mi debut. No caminamos mucho por las calles de Tijuana… las señales ya te decían que no era buena idea.

Pero fue parte de una experiencia invaluable. Nunca sabes a dónde te llevará la vida.”

Regreso a casa por el título británico

Hoy, Riley vuelve a casa. Enfrentará a un viejo conocido en Clarke, con quien ya compartió sesiones de sparring en el pasado. El combate es considerado un 50-50 por los expertos, con estilos opuestos: Clarke irá al frente como un tanque, mientras que Riley apostará por su movilidad y boxeo en retroceso.

“Nada es más importante para mí ahora mismo que ganar esta pelea,” asegura Riley.

“Levantar el título británico va a ser una satisfacción enorme. No todos tienen la oportunidad de pelear por él.”

“Y además tengo un oponente muy serio. Nadie podrá decir que me regalaron el cinturón. Si gano, estaré 100% validado como campeón británico… y ese momento será mío.”