Che Kenneally pensaba que iba a pelear el pasado 25 de julio, pero cuando Alrie Meleisea se retiró de su combate con la campeona semipesada de la AMB, la australiana pudo haber conseguido algo incluso mejor:

Una pelea que le cambiaría la carrera contra una de las mejores libra por libra del planeta, Claressa Shields.

Todavía no hay contratos firmados ni negociaciones avanzadas para un Shields–Kenneally, pero después de que “The Fight Mum” viera cancelada su pelea con Meleisea, tomó un avión rumbo a Detroit para asistir a la defensa de Shields frente a Lani Daniels el 26 de julio. Y durante un entrenamiento abierto para los medios, ambas posibles rivales se encontraron.

“Definitivamente valió la pena el viaje”, dijo Kenneally. “Quería darme a conocer, que el mundo supiera que The Fight Mum existe y que soy campeona mundial. Sí buscaba esa exposición mediática junto a Claressa Shields, pero también estaba ahí para apoyar al boxeo femenino”.

No hubo empujones ni insultos, nada viral en ese cruce. Y así lo quiso Kenneally (5-0, 3 KOs), madre de la pequeña Havana, de 3 años y medio. Tiene un título mundial en su poder y podría ser una rival atractiva para una coleccionista de cinturones como la G.W.O.A.T. Además, ambas han compartido promotor: Salita Promotions.

Shields ahora es agente libre, aunque mantiene buena relación con Salita.

“Salita Promotions me firmó y era mi primera vez conociéndolos”, explicó Kenneally. “Quería ese contacto cara a cara, que supieran quién soy y con quién están trabajando. Salieron muchas cosas positivas de eso. Y también pude ver de cerca las debilidades de Claressa.

“¿Sabes ese dicho de que nunca conozcas a tus ídolos porque te decepcionarán? Fue algo así. La vi y pensé: ‘¿Qué demonios? Es solo una persona’. Vi tantas cosas en las que puedo superarla, tantas fallas que pienso capitalizar. No puedo esperar para tener esa pelea. Quiero que todos vean a The Fight Mum en acción y demostrar que Shields está en la división equivocada. Ella no pertenece a mi división y voy a dejarlo claro arriba del ring”.

Son palabras atrevidas de una boxeadora con apenas cinco peleas profesionales. Aunque Kenneally boxea desde niña, es difícil equiparar el impresionante palmarés amateur de Shields, con dos oros olímpicos. Pero como dice el refrán: las peleas se hacen arriba del ring. Y quizás haya llegado el momento para que la oriunda de Gold Coast, de 30 años, dé el gran salto.

Shields, también de 30, no ha sido realmente exigida desde su guerra de 2022 contra Savannah Marshall (otra de las metas de Kenneally). En sus tres últimas peleas ha subido de peso y se ha impuesto con comodidad a Vanessa Lepage-Joanisse, Danielle Perkins y Lani Daniels.

Perkins, exjugadora universitaria de baloncesto e invicta, se esperaba que representara un reto en febrero, pero la pelea fue un monólogo. Algunos dirán que Shields simplemente arrasa con sus rivales, otros que está perdiendo la motivación. Y no hay mejor momento para sorprender a una campeona que cuando cree que es intocable.

“Las rivales que enfrenta están fuera de su peso natural”, opinó Kenneally. “Creo que son flojas. Deberían estar dos divisiones más abajo. Yo soy una atleta. Me considero profesional desde los 10 u 11 años. He competido internacionalmente desde niña en lanzamiento de peso, disco, martillo, salto de altura, longitud, triple salto… los he ganado todos a nivel mundial en pruebas de lanzamientos. También jugué rugby. Soy una atleta.

“Mi vida entera ha sido el deporte. Quizás no tenga muchas peleas, ni mucho tiempo en el boxeo, pero he practicado tantas disciplinas que han contribuido a que hoy sea fuerte y buena en el ring”.

Y con su estatura de 1.83 m, Kenneally podría plantear problemas de estilo a Shields (1.75 m). Perkins, de 1.83, no logró incomodar a la campeona, pero la australiana confía en ser la indicada para marcar la primera derrota de la multimonarca. Por ahora, Kenneally solo quiere pelear con cualquiera.

Lleva más de un año sin combatir: su último pleito fue en 2024 contra Angie Paola Rocha, a quien detuvo en tres asaltos. Conseguir una pelea, sea con quien sea, es prioridad. Y promete no distraerse con un rival modesto mientras persigue a Shields.

“Solo quiero pelear, contra quien sea”, dijo. “Shields es el mayor nombre en el boxeo femenino ahora mismo, y yo quiero las peleas grandes. Sé que tengo que ganarme ese lugar, pero nadie quiere enfrentarme, nadie en mi división se sube al ring conmigo. Así que seguiré apuntando a ella y eliminando a quien se ponga en mi camino. Entrenamos para Shields, y todo lo que esté debajo de ella es un simple escalón”.

Opciones no le faltan. Para la pelea con Rocha marcó 170¼ libras, lo que indica que una bajada al supermedio no está descartada. Su entrenador/representante, Fidel Tukel, incluso comentó que aceptarían enfrentar a Shields en 160. Y en 168 libras están Marshall, Shadasia Green y Franchon Crews-Dezurn, mientras que Perkins sería una prueba sólida en semipesado.

En otras palabras, el futuro puede ser brillante si Che Kenneally logra una gran pelea. Pero mientras tanto, es trabajo duro y disciplina para The Fight Mum, quien espera regresar al ring en octubre o noviembre.

“Me encanta estar en el gimnasio”, concluyó. “Es como mi segundo hogar, no es una carga. Pero soy campeona mundial y tengo una reputación que mantener. Debo estar lista para aprovechar cualquier oportunidad de último minuto. Esa puede ser mi única opción para pelear y no pienso rechazarla por no estar preparada. Eso es lo que me mantiene motivada”.